Terrazas: una ordenanza descabellada
Terrazas: una ordenanza descabellada
La nueva ordenanza de terrazas nos parece descabellada, afecta gravemente al sector hostelero de nuestra ciudad y trata la instalación de terrazas como si fuera un elemento que genera una grave distorsión para la convivencia entre el ocio, los tráficos y los vecinos. Sinceramente, pensamos que, en términos generales, eso no es así. Las terrazas están en el ADN de Logroño y, lejos de ser un problema, son un rasgo propio de nuestra ciudad, son un atractivo para los visitantes y dan ambiente, además, generan empleo, riqueza y pagan tasas importantes por la utilización del suelo. No obstante, si existen conflictos en determinados puntos de la ciudad, por diferentes motivos, ya sean de paso, de ruido u otros, seguro que sentándose a analizar casos concretos se pueden encontrar soluciones satisfactorias para todos. Obviamente, lo que no tiene sentido es tratar con el mismo rasero a la ciudad tradicional, el centro y sus ensanches, donde muchas aceras no suelen tener más de tres metros y medio, con otras partes de la ciudad que son urbanísticamente totalmente distintas. No es lo mismo zonas de Logroño planificadas y diseñadas con los conceptos urbanísticos del sigo XXI a otras zonas de siglos anteriores.