El viejo campo municipal de Las Gaunas volvió a ser este año el escenario en el que multitud de niños recibieron la visita de los Reyes Magos en uno de los días más especiales. Melchor, Gaspar y Baltasar volvieron a ser depositarios de las peticiones e ilusiones de los más jóvenes logroñeses.

       Hacía muchos años que la visita de los Reyes Magos a nuestra ciudad no despertaba tanta expectación entre los más jóvenes logroñeses. Quizá este pasado año mejoró su comportamiento y por eso no dudaron en acercarse en gran número a las viejas instalaciones de Las Gaunas para saludar, en unos casos; y recordar alguna petición de última hora, en otros, a los Reyes Magos de Oriente.

        Las gradas del campo municipal de fútbol se iban llenando de niños y de no tan niños para recibir a Sus Majestades.

        El murmullo inicial se convirtió en griterío ensordecedor cuando se comenzaron a escuchar las hélices del helicóptero que transportaba a Melchor, Gaspar y Baltasar.

        Con un nervioso ondear de pañuelos como imagen generalizada de la ‘masa’ infantil, los niños saludaban el espectacular aterrizaje.

        Y allí estaban... los tres Reyes Magos pisaron suelo logroñés y saludaron en la distancia a los enfervorecidos espectadores. Como es preceptivo, el máximo responsable municipal, Julio Revuelta, salió al centro del terreno para dar la bienvenida a Sus Altezas.

        En esta ocasión, sin embargo, el alcalde contó con un acompañamiento muy especial: una nutrida representación de niños de la Asociación Riojana de Familiares y Amigos de Niños con Cáncer (FARO) que, en esta ocasión fueron los primeros afortunados en saludar a los recién llegados.

        En este preciso momento, los Reyes comenzaron a recibir las primeras peticiones y preguntas acerca del correcto envío de las cartas. Claro, hay que pensar que cada niño tiene su propio Rey, y ante la oportunidad de tenerlo en persona, nada mejor que asegurarse de que ha recibido la carta enviada días atrás.

        Los más avispados no reconocían su predilección por uno de los tres Reyes... “Yo me pido a los tres”, se podía oír comentar.

        El alcalde también aprovechó esta privilegiada situación para hacer su pequeña solicitud: “Me gustaría que los Reyes conservasen el talante de los logroñeses para, entre todos, contribuir en la construcción de la mejor ciudad”.

        Les faltaron manos

        Y es que a los Reyes, a pesar de ser Magos, les faltaron manos para corresponder a la multitud de saludos que les llegaban del otro lado de las vallas del campo.

        La verdad es que suficiente papel hicieron en la intensa vuelta ‘al ruedo’ en busca del cariño infantil. Una sensación que se respiraba en el ambiente y que podía leerse en el rostro de cada uno de los niños. La ilusión de los mismos y la indescriptible satisfacción de los padres ya significaban el primer regalo de esta jornada mágica. Una jornada en la que todos nos quitamos unos cuantos años de encima para vivir con la mayor intensidad posible una de las fiestas más entrañables que tenemos posibilidad de disfrutar.

        El Palacio del Gobierno regional, donde el presidente de la Comunidad Autónoma, Pedro Sanz, recibió a los Reyes; el propio Ayuntamiento, donde los niños pudieron fotografiarse con Sus Majestades; o el Hospital San Millán, donde entregaron regalos a los niños enfermos, fueron otras citas obligadas de Melchor, Gaspar y Baltasar en esa mañana. Por la tarde, la tradicional Cabalgata por las principales calles de la ciudad.
Y por la noche, hay que felicitar a los Reyes, después de semejante día, el reparto de los regalos por todos los hogares de Logroño. A la mañana siguiente, más ilusión, sonrisas... y patinetes.