El mes de febrero
ha aparecido con fuerza en la escena cultural de nuesta ciudad.
Una de las propuestas más interesantes nos la ofrece Cultural
Rioja, con el ciclo titulado ‘La Guerra en la Música del Siglo
XX’. Esta actividad pretende ofrecer una antología de las muchas
obras musicales que surgieron al hilo de las contiendas bélicas
que marcaron el siglo, o que ofrecen una reflexión sobre ellas.
Se ha escogido la música de cámara, que encierra grandes bellezas
en un número reducido de intérpretes, para mostrar cómo el hombre
necesita el arte y ni las circunstancias extremas ni ningún tipo
de totalitarismo logran enmudecerlo, al contrario, crean una nueva
necesidad de expresión.
Las dos guerras mundiales,
así como las más localizadas en áreas y países concretos provocaron,
aunque no fueran la única causa, cambios de rumbo en todas las
artes. En música, fenómenos como ‘vueltas al orden’, ‘época de
los retornos’, ‘neoclasicismos’, ‘muerte de las vanguardias’,
etc, tienen en las terribles contiendas sufridas a lo largo del
siglo XX algunas de las claves que explican la toma de posturas
de los autores y las obras consiguientes, aunque no las predeterminen.
En España, la guerra civil y el exilio de una gran parte de nuestros
artistas y músicos han motivado que conociéramos tarde unas obras
fundamentales para nuestro bagaje cultural y afectivo. En todo
caso, tanto en este nivel nacional como en el internacional, hay
multitud de hombres y mujeres de Europa por conocer su historia
y la forma en la que ésta ha marcado el arte del siglo XX.
En el primer programa,
celebrado el pasado lunes, pudimos escuchar dos famosas obras
de cámara de Stranvinsky y Messiaen, dictadas cada una por una
guerra mundial.
El segundo programa
se celebrará el próximo lunes, día 11, y está dedicado a la canción
y reúne un ramillete de compositores para canto y piano, con obras
inspiradas en la guerra, o que la tuvieron como punto de partida.
Respighi y Wolf-Ferrari por parte de los italianos; Britten, representando
la música inglesa; Weill o la protesta alemana; Ravel y Poulenc
por Francia; Harri Cox por Holanda; y los compositores españoles
del 27, Bautista Bacarisse, Gerhard y Ernesto Halffter, que componen
un atractivo mosaico que termina con un a composición de 1990
de Eduardo Rincón. La unión de la poesía y la música nos transmite
los mensajes con fuerza y emoción. Hay un apartado de canciones,
de distintos compositores, dedicadas a García Lorca.
El concierto correrá
a cargo de la mezzosoprano Elena Gragera y Antón Cardó, al piano.
El tercer programa
se celebrará el lunes 18. Reúne las composiciones de dos víctimas
del nazismo, Klein y Ullman; un dramático cuarteto de Shostakovich
–que a su vez sufrió el estalinismo– y una obra de Hartmann, compositor
silenciado por la Alemania nazi, aunque afortunadamente pudo seguir
componiendo en la posguerra. Mariana Todorova y Stefanía Pipa,
al violín; Jensen Horn-Sin Lam a la Viola y Suzana Stefanovic,
al violonchelo, dan vida a esta atractiva interpretación.
Por último, en el cuarto
programa, el siguiente lunes, día 25, el protagonismo será para
las sonatas de guera de Prokofiev, escritas en la segunda guerra
mundial, otra sonata de Jánacek, uno de los más claros ejemplos
de composiciones pianísticas realizadas a partir de una revuelta
social –de la ‘guerra de clases’–, para finalizar con una obra
para piano y cinta de Luigi Nono que ahonda en la conocida relación
del compositor con la guerra y los problemas sociales. El intérprete,
en esta ocasión, será el pianista Ricardo Descalzo.
Esperamos que estas
músicas sirvan para hacernos reflexionar. Cuando el ser humano
se ve reducido a situaciones y experiencias terribles, surge el
arte como último recurso para seguir viviendo . Desde los griegos,
al menos, arte y música se nos han ofrecido como salvación tras
la catársis, como pilares fundamentales de un ‘arte de vivir’.
Todas las actuaciones
se celebrarán los lunes señalados a las 20,30 horas en el Auditórium
Municipal. La entrada será libre, aunque el aforo es limitado.
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