0715 31 Mayo 2002
 
 
 
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De las grandes y las pequeñas cosas
El planeta en el que queremos vivir

       El próximo miércoles, 5 de junio, celebraremos el Día Internacional del Medio Ambiente. Una jornada muy especial, toda vez que esta materia ha ido ganando peso por las propias circunstancias que rodean el desarrollo del ser humano en la relación con los recursos naturales y el entorno ambiental del que disfrutamos en estos momentos, atravesado el umbral del siglo XXI. La contaminación de un río, la tala de bosques, la extinción de especies, la mala calidad del aire en las ciudades… son sólo algunos de los ejemplos que se han convertido en 'males asumidos' en el devenir de nuestro día a día; hechos frontalmente opuestos a una concepción ecológica de los auténticos tesoros medioambientales de los que disponemos y que, sin embargo, corremos el riesgo de perder si no hacemos de su preservación y respeto un auténtico empeño personal, basado en la concienciación, en la práctica responsable de actitudes medioambientalmente saludables y en la firme convicción de que los pequeños gestos diarios forman parte de una gran labor por la protección de nuestro ecosistema. Todos tenemos mucho que decir en esta delicada situación; es la mejor forma de hacernos un favor a nosotros mismos y, al mismo tiempo, conseguir que las generaciones venideras hereden en el mejor estado posible el magnífico lugar en el que vivimos. El Ayuntamiento de Logroño es consciente de la importancia del medio ambiente y de la divulgación de programas de educación ambiental como apuesta por la conservación de nuestro hábitat, con especial relevancia en el ámbito urbano. Sirvan, por tanto, estas páginas especiales para contribuir a esta labor de concienciación de cuyos resultados tanto depende el futuro de nuestro planeta.


       En este repaso ecológico, recorreremos el tratamiento que, con el paso de los años, la población ha ido dando a algunos de los principales elementos básicos para el desarrollo de todas las especies vivas y para el mantenimiento de un adecuado nivel de calidad ambiental. Trataremos de aplicar su incidencia a nuestra ciudad, a nosotros mismos como vecinos logroñeses; e incluso conoceremos algunas medidas que refuerzan la idea de ‘sumar’; una actitud en la que reside la importancia de las pequeñas aportaciones diarias que contribuyen al mantenimiento y evolución del lugar en el que queremos vivir y que queremos dejar a los que nos sucedan.

       
       
       
        EL AGUA
       
        El agua es el elemento más abundante e importante de nuestro planeta. Su existencia ha propiciado la aparición de la vida tal y como la conocemos. Sin embargo no es un bien inagotable y sólo el 3 por ciento del agua del planeta es dulce. De acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 1.500 millones de personas carecen de abastecimiento de agua potable, siendo 1.700 millones de personas las que no cuentan con instalaciones adecuadas para recibir dicha provisión.

        Lamentablemente 5 millones de personas mueren anualmente a causa de enfermedades transmitidas a través de agua en mal estado.
        De todo el consumo, el 80 por ciento se dedica a usos agrícolas; el 7 por ciento para usos industriales y el 13 por ciento para consumo urbano. Si tomamos como ejemplo a un vecino logroñés, éste consumiría unos 325 litros de agua potable al día, de los que aproximadamente sólo 5 litros se usan para beber y cocinar. El resto se pierde en desagües de baños y cocinas. Esto provoca un aumento considerable de los gastos de gestión y, medioambientalmente hablando, un riesgo real para la supervivencia de los distintos ecosistemas y de las especies que los habitan. En la actualidad fenómenos como la desertización, la superpoblación, la contaminación y el despilfarro están acabando drásticamente con las reservas mundiales de agua. En este aspecto es especialmente perjudicial la utilización de pesticidas, fertilizantes y otros productos químicos en la agricultura. Éstos se filtran en el terreno, llegando a ríos, lagos y arroyos, provocando bacterias que consumen el oxígeno de las aguas subterráneas, eliminando la potabilidad del agua.
        Para evitarlo es fundamental el ahorro, la optimización del uso del agua y la consecución del denominado 'vertido cero', consistente en evitar la producción de agentes contaminantes a través de la depuración de aguas, el tratamiento de residuos y la adopción de sistemas de producción limpios. La divulgación de campañas informativas, las multas a los vertidos o la modernización de las redes de control de vertidos incontrolados son algunos de los ejemplos que facilitan un uso más racional del agua. Nuestra ciudad, por ejemplo, cuenta ya con el funcionamiento de una nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales, que reduce considerablemente la carga contaminante que se vierte al principal de nuestros ríos, el Ebro; asimismo, se ha modernizado el sistema de control de fugas en la red de agua potable; e incluso se han instalado novedosos mecanismos que utilizan el agua no potable para el riego de parques y jardines, tendentes a reservar el agua destinada a consumo humano.
       
        En casa:
        Es mejor ducharse que bañarse. La ducha consume menos de la cuarta parte de agua que se gasta en un baño (unos 60 litros frente a 200), sin contar la energía requerida para calentar el agua. Abrir los grifos sólo lo necesario (un grifo abierto puede gastar hasta 15 litros por minuto); el baño gasta el 75 por ciento del agua del hogar, por ello es más inteligente no tirar de la cisterna hasta vaciar el tanque; tanto para lavarse los dientes como para afeitarse debe mantenerse el grifo cerrado ya que en el caso contrario se desperdiciarán hasta 30 litros de agua. Lavar los platos usando un recipiente con agua y aprovechar la máxima capacidad de lavadora y lavavajillas son también operaciones aconsejables en este empeño de ahorrar agua. Además, debemos evitar deshacernos de aceite, residuos sólidos, sustancias tóxicas y pinturas a través de desagües. Un ejemplo: un litro de aceite puede contaminar más de 1.000 litros de agua.
       
       
        EL AIRE
       
        Asistimos a un irrefrenable aumento de la proporción de dióxido de carbono en la atmósfera. El crecimiento de la población y el efecto de deforestación son algunas de las causas. Esto perjudica gravemente a la capa de ozono: una esfera de gas que rodea al planeta, protegiéndolo de las radiaciones ultravioletas más dañinas procedentes del sol y que acabarían con la vida en La Tierra. Hoy en día, la concentración de CO2 en la atmósfera supera en un 25 por ciento la que había a principios del siglo pasado y ha supuesto el aumento de la temperatura del planeta en más de dos grados centígrados, provocando efectos como un patente cambio climático e incluso deshielos en las zonas polares. A este fenómeno debemos unir la lluvia ácida, o lo que es lo mismo, la existencia de dióxido de azufre y de óxido nítrico en la atmósfera. La lluvia, la nieve y otras precipitaciones arrastran estas materias en suspensión y caen sobre la tierra, ocasionando graves alteraciones medioambientales.
       
        En casa:
        Debe usarse el coche lo imprescindible, primando el transporte público. También hay que evitar quemar residuos para no aumentar el dióxido de carbono en el aire y revisar las posibles pérdidas de gas de frigoríficos y aparatos de aire acondicionado del hogar y de los automóviles.
                     
           
       
        LOS RESIDUOS
       
        La basura, los desperdicios del consumo humano, los desechos industriales, urbanos, domésticos…; son una parte más de nuestra vida colectiva, cada día con un mayor protagonismo que, aunque no deseado, es evidente, tanto como que la capacidad de almacenaje de estos residuos tiene un límite físico y medioambiental. Si se queman, contaminamos el aire; si se entierran, el suelo; y si se vierten en ríos, mares y lagos, contaminamos el agua. Por ello, hoy día no se concibe una ciudad sin un buen sistema de recogida y tratamiento de basuras; se intenta revalorizar estos residuos, tratarlos y volverlos a emplear como materia prima, útil y aprovechable, evitando así la acumulación de desechos, su contaminación, y el desgaste de otros recursos naturales vírgenes. La producción de residuos en España, como en el resto del mundo, ha ido en aumento. La basura que se genera en La Rioja cada año daría para llenar tres campos de fútbol hasta una altura de 10 metros; también en nuestra Comunidad se producen cada año 12.000 toneladas de residuos plásticos y 2.500 de metales que se podrían reciclar en lugar de llevarlos a los vertederos. Por ello, y así se ha intentado transmitir desde diferentes instituciones como el Ayuntamiento de Logroño, se pone de relieve la triple ‘R’; Reducir los desperdicios innecesarios, Reutilizar los productos y materiales hasta obtener la máxima utilidad y Reciclar. Quizá este último sea el punto más complejo pero también es la llave para la reintegración de los desechos de diferente procedencia en el ciclo de utilidad en un momento de escasez de materias primas y un pilar básico del concepto de sostenibilidad; un apartado en el que nos encontramos con otra fase fundamental: la separación de residuos.
       
        TIPOS DE RESIDUOS URBANOS
       
        En Logroño encontramos distintos tipos de contenedores para cada uno de los residuos: los verdes habituales para materia orgánica y otros residuos; los azules (y recogida puerta a puerta en comercios) para papel y cartón; amarillos para latas, plásticos, sprays y tetrabricks; los iglúes verdes para vidrio y cristal; los mupis de señalización para las pilas; y otros contenedores en mercados para el aceite usado.
        En Logroño se recogieron en el año 2001 más de 46.000 toneladas de residuos sólidos urbanos; cifra de la que más de la mitad corresponde a materia orgánica. Cerca del 23 por ciento correspondió a la recogida de papel y casi el 12 por ciento a plásticos. El vidrio se situó en más de un 5 por ciento; y con menor incidencia los bricks, con algo más del 1,3 por ciento del total. Las cifras indican que cada logroñés produjo en el 2001 cerca de 340 kilos de basura.
        En cuanto al apartado de un residuo especialmente contaminante, como las pilas, en los últimos años en nuestra ciudad, se ha recogido una media superior a los 15.000 kilogramos.
       
       
        En casa:
        Reutiliza, reduce y recicla. Separa los materiales de desecho y deposítalos en los correspondientes contenedores. Mucho cuidado con las pilas usadas: una sola pila de botón de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua al liberar sus componentes, llegando a filtrarse a la tierra y contaminar la cadena alimenticia. Utiliza productos de material reciclado, como folios, por ejemplo. El papel puede ser reutilizado de 3 a 15 veces; el vidrio, por su parte, puede reciclarse las veces que se requiera y en la forma que se quiera, no pierde propiedades. Por último, el ahorro es una virtud. podemos ahorrar mucha energía a través de un uso racional de la energía eléctrica y de los sistemas de calefacción, aire acondicionado y electrodomésticos.
       
                       
        Del cumplimiento de todas estas recomendaciones depende el futuro colectivo, que es el de cada uno de nosotros. Un año más, feliz Día Mundial del Medio Ambiente.

 

 

 

©Ayuntamiento de Logroño. Periodico Digital: DE BUENA FUENTE 2002