La semana pasada, Logroño tuvo que estar muy
pendiente de las evoluciones del Ebro, que superó crecidas históricas
de su caudal después del deshielo de las últimas nevadas y las
lluvias caídas. Se llegaron a registrar más de 2.050 metros cúbicos
por segundo. Los servicios municipales de emergencia tuvieron
que estar en permanente alerta hasta que se normalizó la situación.
|