No sólo los parques periféricos son protagonistas de la actualidad municipal. Uno de los más consolidados de Logroño, con más tradición y arraigados en el sentimiento de los vecinos es el Parque del Carmen, ubicado entre las calles Villamediana y Pío XII. Ha sido uno de los espacios verdes más utilizados por los ciudadanos y, a la vez, uno de los parques con mayor riqueza vegetal y frondosidad precisamente en pleno centro urbano. Sin embargo, en los últimos años ha sufrido un continuo deterioro que ha obligado al Ayuntamiento a su reforma y acondicionamiento.

        En estos trabajos se ha pretendido respetar la configuración y riqueza del parque, mejorando todos aquellos aspectos que garantizarán su mejor conservación y, al mismo tiempo, reduciendo los posibles inconvenientes que hasta ahora presentaba para los vecinos. No en vano, uno de los principales objetivos ha sido el de compatibilizar el uso del parque por los ciudadanos con el respeto de su espíritu romántico, preservando todos y cada uno de sus elementos.
       
        Soluciones

        Precisamente, uno de los principales problemas que presentaba el parque era la difícil conservación de algunas especies vegetales y el césped debido a la citada frondosidad arbórea, que apenas dejaba pasar la luz del sol.

        Junto a esta situación, se unía el uso abusivo de los parterres. Para evitar esto se han colocado vallas de protección de 45 centímetros de altura y la plantación de especies más apropiadas para zonas poco soleadas.

        También se ha instalado una pavimentación dura, de adoquín rojo, que permitirá el acceso y recorrido a través del parque sin que ello suponga una molestia por el polvo o por el barro en los días de lluvia.

        Otro esfuerzo considerable se ha hecho en la adaptación del color como elemento característico y diferenciador. Se ha tenido en cuenta el color de la jardinería dependiendo de las diferentes épocas del año. Así, para esta temporada se han plantado camelias, hortensias, azaleas, tejos.

        Las fuentes han sido rehabilitadas y en uno de los espacios estanciales se ha instalado una escultura de bronce obra del artista Miguel Ángel Sáinz. También se han renovado los sumideros, sistemas de riego, mobiliario urbano, iluminación y los juegos infantiles, que cuentan ya con suelo de caucho.

        Esta obra, que ha supuesto una inversión de 738.971 euros, ha sido realizada por la empresa Agua y Jardín.