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El juego de aprender en la Casa de las Ciencias
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No hay mejor forma de aprender
que hacerlo jugando, experimentando, comprobando…; desencadenando
esa pequeña chispa que combinada adecuadamente con diferentes
elementos de la naturaleza, en sus más diversas formas, da lugar
a las manifestaciones físicas que no llegamos a comprender –a
veces ni a percibir– en el entorno en el que nos desenvolvemos.
Por ello, el Ayuntamiento de Logroño, a través de la Casa de las
Ciencias, ha querido acercar algunos de estos fenómenos a todos
los vecinos; tanto que los ha instalado en la zona exterior de
la Casa, complementando su variada programación que a lo largo
del año desarrolla en forma de exposiciones, talleres, proyecciones,
conferencias, etc.
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Así, en una superficie aproximada a los 2.000 metros cuadrados,
con un presupuesto cercano a los 300.000 euros, la empresa ‘Barcelona
Diseño Urbano’ ha instalado en este espacio exterior de la Casa
de las Ciencias, al aire libre, una serie de elementos lúdicos
y didácticos cuyo contenido se divide en los módulos científicos,
una estación meteorológica y una exposición de rocas. Todo ello
acondicionado con nuevo pavimento, sistemas eléctricos, iluminación
y un minucioso trabajo de jardinería.
Para todas las edades
Mar San Martín, concejala de Cultura,
realizó el pasado viernes un recorrido por la nueva instalación
para conocer los módulos instalados.
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Entre ellos, destacan un xilófono
realizado en granito, una piedra musical de lava monolítica de
basalto, una doble hélice tubular; un remolino de agua; el juego
del eco, un caleidoscopio, un balancín musical, un disco giratorio
espiral, unas baldosas saltarinas, reflectores parabólicos…; vamos,
una interesante muestra de algunos juegos y curiosidades concebidos
para el disfrute y aprendizaje de todas las edades.
Además, los módulos presentan una elevada interacción, que a buen
seguro absorberá la atención del visitante; por ejemplo, cada
una de las baldosas musicales reproduce una nota, por lo que pisadas
en el orden adecuado pueden dar lugar a conocidas melodías.
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Otra buena muestra es el remolino
de agua, cuya evolución se desata conforme se gira una manivela
en la base del módulo; cuanta mayor velocidad se imprima al mecanismo,
mayores serán las dimensiones del torbellino creado artificialmente.
También podrá disfrutarse de una versión –muy avanzada– de la
clásica experiencia escolar del artilugio comunicador confeccionado
con los vasos de plástico unidos por un hilo…; en fin, elementos
que por más palabras con las que intentemos definirlas sólo se
pueden conocer en su auténtica dimensión utilizándolas, tocándolas,
visitándolas en la Casa de las Ciencias.
Inquietud científica
Junto a los módulos didácticos,
también se ha instalado una estación meteorológica cuya comprobación
agradará a los más curiosos. Consta de termómetro con indicación
de máximas y mínimas; un termohidrógrafo, un barógrafo y un pluviómetro.
También resultará especialmente
atractiva la contemplación de diversas rocas como pizarras, cuarcitas,
areniscas, calizas jurásicas y cretácicas, travertinos, etc.
En estos momentos se están finalizando
los últimos trabajos de acondicionamiento, por lo que este nuevo
espacio didáctico quedará abierto en las próximas fiestas de San
Bernabé. Las imágenes que acompañan esta información corresponden
a alguno de los módulos instalados.
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