El Estudio, coordinado por la
Unidad de Juventud del Ayuntamiento de Logroño, de la que es responsable
la concejala Mariam Ferrer, ha intentado dibujar las principales
características de la población juvenil logroñesa en la actualidad.
Así, ofrece datos sobre su configuración demográfica, sobre sus
ocupaciones, sus relaciones, su entorno, la situación económica,
el proceso de emancipación, su comportamiento sexual, el consumo
de alcohol, tabaco y consumo de drogas; el ocio y tiempo libre,
las ideas y valores, etc. Pautas de conducta, en definitiva, que
–en grandes líneas– exponemos a continuación.
LA JUVENTUD EN LOGROÑO
Logroño contaba, a 1 de enero de 2004, con 142.143 habitantes.
El Estudio habla de un aumento de la población y también de un
rejuvenecimiento de la misma. Mientras que en 1997 la edad media
se situaba en torno a los 39,5 años, en la actualidad supera los
37,3. Si consideramos jóvenes a las personas comprendidas entre
los 14 y los 29 años (margen manejado por el Estudio), la cifra
de logroñeses ajustados a esta edad son 31.830 (16.422 hombres
y 15.408 mujeres); o lo que es lo mismo: 51,59 por ciento hombres
y 48,41 por ciento mujeres.
Atendiendo al estado civil, la mayoría de los jóvenes son solteros
(la totalidad de los de entre 14 y 18 años; el 94,9 por ciento
de los de 19 a 24; y el 90,4 por ciento de los de 25 a 29 años).
El nivel económico que declaran alcanza un nivel medio, tanto
en hombres como en mujeres, dedicándose en la inmensa mayoría
a una sola ocupación; esto es, estudios, trabajos o bien búsqueda
de empleo. En dicha clasificación, destacan los que se dedican
al estudio, en el 58, 4 por ciento; el 50,7 por ciento trabajan;
y el 26,2 por ciento buscan ocupación.
CONVIVENCIA Y EMANCIPACIÓN
La mayor parte de los jóvenes logroñeses vive con sus padres o
tutores (78 por ciento), aunque menos que en 1997, cuando se tasó
en el 86,1 por ciento. Se detectan aspiraciones de independencia,
aún dentro del núcleo familiar, lo que se refleja en que el 81
por ciento cuenta con una habitación individual. Es muy variado
el abanico de tolerancia de los padres o tutores con respecto
a diferentes actividades del joven, aunque se destaca total naturalidad
en cuestiones como las discusiones sobre religión o aspectos socio-políticos.
Evidentemente, cuanto más edad, menos problemas al respecto de
llegar tarde a casa, no dormir en el hogar o invitar a amigos
de otro sexo a pasar la noche. En todos los casos, como curiosidad,
hacer una fiesta en casa no es de general aceptación, aunque también
es más sencillo de realizar en el tramo de 25 a 29 años. En cuanto
a la implicación-colaboración en las tareas del hogar, se detecta
una especial participación en las labores que tienen que ver con
el espacio privado, como recoger la habitación o hacer la cama,
registrándose un descenso considerable en cuestiones como poner
la mesa, limpiar los baños o el polvo. Todavía puede apreciarse
una mayor implicación en estas últimas labores por parte de las
mujeres, muy por encima de los hombres. Un ejemplo, en la labor
de poner la mesa, el 83,1 por ciento de las jóvenes colaboran,
mientras que los chicos sólo lo hacen en un 6,5 por ciento. En
cuanto a la conflictividad en los hogares, los principales problemas
surgen por diferencias de carácter y de opinión, reduciéndose
considerablemente por problemas con la pareja o los amigos.
Este número de DBF ofrece más información sobre el Estudio
en el apartado Estudio Sociológico sobre la Juventud.
El Estudio ha combinado la metodología cualitativa
y cuantitativa. La primera compuesta por 6 grupos de discusión
y varias entrevistas a profesionales de los diferentes asuntos
abordados. La cuantitativa ha consistido en la realización de
una encuesta personal y anónima a 486 logroñeses de entre 14
y 29 años elegidos del padrón municipal. El intervalo estadístico
de la confianza de la muestra es del 95,5 por ciento.
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