El Ayuntamiento de Logroño ha tenido que tomar
medidas más drásticas que las empleadas hasta el momento para
intentar limitar los desagradables efectos de la plaga de estorninos
que se han encontrado un hábitat adecuado para su estancia en
nuestra ciudad, especialmente en el área del Cementerio, donde
están causando desperfectos y molestias mediante ruidos, olores
y mucha suciedad. De hecho, según señaló la concejala encargada
de los Servicios Generales Municipales, Mar San Martín, la incidencia
de esta plaga se traduce en un mayor gasto de los recursos y también
del personal destinado a las labores de limpieza y recuperación
de las zonas afectadas.
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Así, se ha resuelto contratar a un biólogo, Luis Lezana, que se
encargará de realizar un detallado estudio técnico enfocado a
conocer los hábitos de estas aves, un informe sobre los daños
y, sobre todo, una programación de actuaciones con el objetivo
de ahuyentarlos del lugar en el que se concentran. Para realizar
dicho estudio se ha destinado un presupuesto de 9.000 euros.
Las medidas
Son concebidas a corto y a largo plazo. Es decir, se intentará
que las aves desarrollen animadversión por el lugar mediante diferentes
técnicas. Entre las que citó el biólogo destacan la instalación
de redes de exclusión vegetal, ahuyentadores electrónicos acústicos
y luminosos; e incluso halcones adiestrados para perseguir (no
capturar) a estas aves. Lezana insistió en que “no se trata
de atacar a las aves, sino evitar su concentración en los lugares
en los que resultan más molestos para la población”. De momento
se está trabajando en la fase de análisis e investigación, para
una vez recopilados los datos pasar a la fase disuasoria de la
que, como indicamos, será fundamental el carácter preventivo para
la próxima temporada migratoria.
El estornino pinto -------------------
En la ciudad coinciden en la actualidad dos tipos distintos de
aves de la misma especie. Los estorninos negros, que son, podríamos
decir, especies que permanecen durante todo el año en la ciudad;
y los estorninos pintos, que son las aves migradoras que causan
el efecto plaga y, por lo tanto, el problema. Provienen del centro
y el norte de Europa, en su itinerario a los lugares más cálidos
en los meses del invierno. Según explicó el biólogo, hacen su
aparición gradualmente desde noviembre, marchándose en el mes
de marzo, aproximadamente. Una de las causas de que encuentren
acomodo en esta región la encontramos en sus hábitos alimentarios,
centrados en frutos dulces como cerezas o uvas; o ricos en materia
grasa, como olivas. Además encuentran fuentes artificiales de
alimentación como estiércoles o basuras. En Logroño, a diario,
se da una presencia media de unos 400.000 ejemplares. Número que
llega a aumentar espectacularmente en determinados momentos en
los que coincide la llegada de nuevas bandadas con la permanencia
de otras que todavía no se han marchado. Es decir, cada día los
estorninos no son los mismos, sino que permanecen durante un tiempo
limitado pernoctando en la ciudad, desplazándose hacia un nuevo
destino más cálido.
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