Como muchos logroñeses saben, este hermoso edificio se proyectó como Matadero Público, cuya necesidad ya se advirtió en 1896, cuando su construcción fue encargada al arquitecto Luis Barrón señalando como ubicación la orilla Norte del río Ebro, entre los dos puentes de la ciudad. El 1 de diciembre de 1904, el gobernador declaró al Ayuntamiento, de toda urgencia, la construcción del proyecto como medio para solucionar el entonces gravísimo problema del paro obrero. El importe del presupuesto se elevó a unas 202.900 pesetas. El edificio cumplió su función hasta finales de los años setenta, aunque su entorno urbanístico siguió creciendo, con la construcción de Viviendas en el barrio de San Antonio, o el paseo-mirador del Ebro, inaugurado en San Bernabé de 1982 por el entonces alcalde, Miguel Ángel Marín. Así, hoy mismo, día 22, celebramos el sexto aniversario de estas instalaciones cuyo contenido se ha extendido al exterior, con una serie de divertidos juegos científicos que hacen las delicias del visitante. Es uno de los mejores ejemplos de la recuperación de un valioso edificio desde el punto de vista histórico-arquitectónico para ofrecer servicio a los ciudadanos; en este caso, desde la divulgación de la ciencia y el conocimiento.
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