El jueves de la semana pasada fue de Pleno en el Ayuntamiento de Logroño. Dos temas destacaron sobre el resto. El primero de ellos, centrado en una proposición presentada por el grupo Socialista para “realizar acciones de mejora en el proyecto para la remodelación de la Gran Vía”. El segundo, referente a la Casa Cuna.
        Con respecto a la Gran Vía, el concejal socialista Domingo Dorado criticó la decisión municipal de “adjudicar uno de los proyectos de urbanización más importantes de Logroño a un constructor de aparcamientos”, al tiempo que defendió la preferencia de su grupo por un concurso de ideas. Preguntó Dorado por el motivo por el que “no se ha contratado a un urbanista de prestigio, como ha sucedido en otras grandes obras de la ciudad” y enumeró una serie de inconvenientes con los que, a su juicio, “cargarán los ciudadanos”. Entre ellos, la “nula participación vecinal” o la “pérdida de masa arbórea y vegetal”. Según Dorado, “no se puede remediar todo, pero aún se puede “parchear esta chapuza”, dijo. Entre sus propuestas, el aumento de la masa vegetal o la especificación del coste de mantenimiento de las plazas.
        Alberto Guillén, concejal de Movilidad Urbana (PP), fue el siguiente en intervenir. Advirtió al grupo Socialista de que “difícilmente pueden ahora pedir participación cuando ya votaron en contra del proyecto en marzo de 2003”. En algo dio la razón a Domingo Dorado: “A la Gran Vía ya le tocaba”, aunque no se mostró satisfecho con su aportación, “puesto que no han querido sino paralizar este proyecto”. Sin embargo, dijo, “hoy ya se centran en el mismo, lo que se agradece” y enumeró las reuniones y las “más de 400 consultas que se han recibido en la Oficina de Plan de Centro de ciudadanos que querían saber más sobre el proyecto”. También quiso dejar claro Guillén la diferencia entre proyecto y anteproyecto, señalando que “se cambiarán cosas del diseño inicial presentado”, una concreción que se verá en el mes de octubre, cuando se presente el proyecto definitivo.
        Mientras Dorado seguía preguntando sobre el carácter peatonal o circulatorio de esta vía, Ángel Varea (PR) reprochó al equipo de Gobierno que “lo único que tenían claro es que querían hacer un aparcamiento”. El turno de portavoces tampoco arrojó más luz sobre el asunto, aunque el alcalde cerró espetando que “cambiar demasiado este proyecto sí sería objeto de una impugnación”, por lo que definió la moción de “trampa”, dando paso a la anunciada votación. PSOE y PR a favor, y PP en contra, con lo que decayó el texto presentado por el Grupo Socialista.
       
        Casa Cuna
        Fue el segundo asunto de importancia de la sesión. También el PSOE solicitó en una moción “el mantenimiento de uso como guardería municipal de estas instalaciones”. Beatriz Arráiz fue la encargada de defender dicha moción, asegurando que se había “firmado el acta de defunción de la guardería”. Después de un repaso a las “escasas”, a su entender, plazas de guardería en la ciudad, Arráiz solicitó “el mantenimiento de edificio en el uso de guardería, en las mismas condiciones que la Guardería Chispita”.
        Miguel Gómez Ijalba (PR) defendió su “apuesta por lo público, incluido el asunto de las guarderías” y dio paso a la concejala Mariam Ferrer, responsable municipal de Atención a las Personas (PP). Según dijo, el PSOE quiere “crear confusión”, ya que “no se pierden plazas de guardería pública, sino que se trataba de un servicio privado”. Y matizó que “el PSOE parece querer que el Ayuntamiento sufrague el déficit de un centro privado de enseñanza infantil”. Repasó la edil el “compromiso municipal” de “intentar buscar una solución a petición de las propias familias”, con el resultado de la inviabilidad “técnica y económica por un déficit desproporcionado en la única propuesta presentada (Pioneros)”. Defendió la transparencia de este intento, con “constante información a las familias” y anunció que “puede ser que la Casa Cuna albergue en el futuro una guardería, pero en este momento no ha podido continuarse el servicio”: En ese caso, anunció, será siempre con gestión indirecta; aunque si no se utilizase para tal fin, “se destinaría a un uso dotacional público”. Cerró el debate el propio alcalde, quien subrayó el servicio privado que se prestaba en Casa Cuna. Supondría, dijo Revuelta, “una subvención a cada niño de 3.000 euros al año; lo que, obviamente, si se ofrece a estas familias: ¿A las demás por qué no? ”. Reforzó el alcalde la idea de que en el futuro se estudiará la posibilidad de convertir estas instalaciones en una guardería, pensando siempre en futuro porque en el caso actual “se han hecho todos los esfuerzos por mantener el servicio, aunque no haya sido posible”. La moción quedó desestimada con los votos en contra en solitario del equipo de Gobierno.
       
        Declaración institucional
        Por último, se leyó una declaración institucional, apoyada por todos los grupos, para respaldar los ‘Objetivos de Desarrollo del Milenio’, centrados en la erradicación de la pobreza, la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros, la reducción de la mortalidad infantil, la mejora de la salud materna, la lucha contra el Sida o la sostenibilidad del medio ambiente. Un compromiso que tendrá su materialización en proyectos y acciones de cooperación al desarrollo.