Otra de las visitas efectuadas ha sido la protagonizada por la Casa de la Imagen, en la Plaza de San Bartolomé. Gracias a esta actuación, se está rehabilitando y consolidando un antiguo palacio en el que se han conservado todos los elementos que se encontraban en buen estado.
       
Cada detalle, cada pieza ventanas, jambas, puertas, baldosas o la estructura del edificio ha sido recuperada siguiendo el patrón original. Las obras de rehabilitación del inmueble, situado en la calle San Bartolomé –quizá los logroñeses lo sitúen mejor como la casa de Orozco– ofreció, tal y como señaló el concejal responsable del Casco Antiguo, Conrado Escobar, la posibilidad de contemplar un trabajo que “cumple a la perfección con los objetivos marcados por el Ayuntamiento: rehabilitar el patrimonio logroñés y ponerlo en uso, es decir recuperarlo para los ciudadanos. En ese sentido la Casa de la Imagen participa por completo del afán revitalizador de la zona”.
       
Referencia nacional

El promotor de la idea, Jesús Rocandio, y la arquitecta, Tania Silvestrini, no pudieron esconder su pasión por el proyecto al detallar cada paso dado en la rehabilitación o en el proceso de distribución de las aulas, salas de exposiciones, espacios de conferencias, laboratorios fotográficos o el plató situado en la última planta. Rocandio anunció que “se trata de un centro pionero en España, que va a permitir formar en imagen a unos 300 alumnos al año, que contará con la presencia de los mejores fotógrafos y de mayor prestigio en los cursos, será un punto de referencia nacional”. Señaló también que el centro “contará con una editorial”, al tiempo que dibujó la distribución de cada una de las salas y desveló algunos de sus nombres: el espacio de conferencias, recibirá la denominación ‘Sala Visconti’; mientras que también tendrán sus rincones Azcona o el propio Orozco. Rocandio apuntó que el presupuesto supera con creces el millón de euros.
Tania Silvestrini hizo hincapié en la filosofía que ha presidido toda la actuación. “Hemos tratado de conservar, de reciclar; no se trataba de tirar el edificio, sino de asumir la conservación, reparación y consolidación de todos los elementos que su estado así lo permitía”. Además, tal y como detalló Silvestrini, todas las salas cuentan con luz natural y están en comunicación con una gran caja solar central, “permitiendo un importante ahorro energético”.
La recuperación de la fachada principal original contrasta con los juegos de colores que definen la trasera, iluminando el patio y la sala de exposiciones dirigida a alumnos, con la que contará el centro.
Tanto Escobar, como Rocandio y Tania Silvestrini coincidieron en destacar el carácter de “motor vital” del Casco Antiguo de una instalación que estará lista para mediados del próximo mes.