El pasado viernes una fiesta sirvió para celebrar la reapertura del Parque González Gallarza. Un espacio urbano más que consolidado y que, después de diez meses de obras ha eliminado su vallado perimetral para presentarse a la ciudad como un nuevo parque, un nuevo punto de encuentro, una zona estancial para todas las generaciones y con un resultado final realmente agradable e integrado en la trama urbana.
        El alcalde, Julio Revuelta, encabezó la representación municipal en la puesta de largo de las nuevas sendas, el lago y sus canales, los diferentes juegos infantiles para bebés, para jóvenes y para mayores; el circuito biosaludable; los diferentes ámbitos estanciales (incluida una acogedora pérgola de madera) o la nueva cafetería, que tendrá terraza de invierno y de verano.

   Otra novedad es la escultura de Carlos Balanza, que ofrece el contrapunto artístico a la estancia junto con la medianera de Santa Teresita, que recoge un diseño de Sara Ramírez, en el que se aprecia el disfrute intergeneracional de un parque como el que ahora anima y decora.
        2,2 millones de euros ha sido la inversión para la citada remodelación, en la que se han cuidado los aspectos paisajísticos, las plantaciones y la conservación de ese encanto que siempre ha caracterizado a un parque de centro que se abre al resto de la ciudad