La Estación Depuradora de Aguas Residuales de Logroño (EDAR) ya
ha comenzado, en periodo de pruebas, a recibir agua de los colectores
de la ciudad y del Bajo Iregua, reduciendo la carga residual vertida
hasta ahora al Ebro.
El alcalde, Julio Revuelta,
y el consejero de Medio Ambiente, Luis Torres, encabezaron la
representación municipal y autonómica que atestiguó la puesta
en marcha de esta importante instalación, cuyo presupuesto asciende
a 4.200 millones de pesetas financiados al 80 por ciento por fondos
de cohesión de la Unión Europea.
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La Estación ocupa una extensión de 87.000 metros
cuadrados y es capaz de tratar más de 100.000 metros cúbicos de
agua al día. Surge como respuesta a las necesidades de una ciudad,
Logroño, de 77,4 kilómetros cuadrados, con una población superior
a las 133.000 personas. En la actualidad existe en el término
municipal una depuradora en el Polígono Industrial de Cantabria,
en la margen izquierda del Ebro y que trata aproximadamente el
6 por ciento del agua suministrada en todo el municipio. Además
era necesario contar con instalaciones con la capacidad suficiente
para tratar adecuadamente los caudales de todo el municipio, así
como los de los términos municipales del Bajo Iregua.
Proceso de tratamiento
La EDAR comienza a funcionar a partir del vertido a la red de
saneamiento del agua residual por la industria y las zonas urbanas.
El líquido llega a la Estación a través de un sistema de colectores,
momento a partir del cual se inicia el bombeo de entrada, donde
se impulsa al sistema de depuración.
En primer lugar, se
separan del agua los sólidos más voluminosos; en segundo lugar,
se retira la materia en suspensión. La carga contaminante restante
se reduce por un medio biológico; se elimina cualquier resto sólido
y se separa del agua, ya limpia, que se devuelve al cauce normal
del río. De esta forma, –muy simplificada– se resume el proceso
de depuración de una planta que cuenta con una línea de tratamiento
de agua, otra de fangos y una última de gas, obtenido a partir
del almacenamiento y tratamiento de los lodos. Un gas, por cierto,
que servirá como fuente de energía para aplicar al propio proceso
de depuración. Todo ello bajo un riguroso y complejo control informático.
La previsión indica
la finalización de las obras para finales de este mismo año. Para
entonces se espera el funcionamiento a pleno rendimiento de la
depuradora. “Una instalación”, según el alcalde, Julio Revuelta,
“muy esperada y que avanza un paso más en el concepto de medio
ambiente que debemos desarrollar en nuestro entorno urbano”.
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