Carlos Fuentes, atleta logroñés de 15 años, tuvo que subir dos
veces al podio de esta 33 edición de los Juegos Internacionales
Escolares. La primera ocasión, a recibir la medalla de plata conseguida
en la final de 100 metros lisos, con un tiempo de 11,61 segundos.
Unas horas más tarde, como componente del equipo de relevos (junto
a David Fernández, Álvaro Entrena y Pedro Moreno), que en la prueba
de 4x100 logró la medalla de bronce.
Éstos fueron los principales
éxitos deportivos obtenidos en los Juegos celebrados en esta ocasión
en la localidad húngara de Szombathely.
En atletismo, quedaron
también finalistas: Pedro Moreno en salto de altura, y José Serrahima,
en lanzamiento de peso (finalmente clasificado en el puesto octavo,
con una marca de 14,49 metros).
Aunque en los otros
dos deportes en los que hubo representación logroñesa (tenis y
natación) la suerte no estuvo con el equipo riojano, hay que destacar
la actuación del tenista Miguel Juarros (que en la primera vuelta
logró vencer al representante de la ciudad griega de Patras, aunque
cayó después frente a Taipei) y del nadador Óscar Díez (que quedó
a 30 segundos de disputar la final de 100 metros espalda).
Animados por el alcalde
Las finales de atletismo
fueron presenciadas por el alcalde de Logroño, Julio Revuelta,
que disfrutó y se emocionó con la actuación de los deportistas
de la ciudad. Éstos estuvieron animados también por el concejal
de Deportes, Rodolfo Rubio, y por el edil socialista, Atilano
de la Fuente, que se desplazaron hasta Szombathely como integrantes
de la delegación oficial.
Durante el desarrollo
de los Juegos, Rodolfo Rubio asistió a la reunión del Comité Organizador,
en la que las ciudades de Plock (Polonia) y Taipei (Taiwan) se
presentaron como siguientes organizadoras de este evento.
Logroño acogió la celebración
de los Juegos Internacionales Escolares en junio de 1998, con
gran éxito, tal como es recordado por todas las delegaciones que
en ellos participaron. Desde entonces, el equipo de Logroño es
especialmente querido por el resto de ciudades, sentimiento trasmitido
tanto en el acto inaugural como en la ceremonia de clausura. .
La inauguración de
esta 33 edición comenzó con un desfile por las calles de Szombathely,
hasta llegar al estadio Ferences Kert. La delegación de Logroño
estuvo abanderada por la deportista más joven, Sara Entrena. Ya
en el estadio, se procedió al tradicional izado de banderas, al
encendido de la antorcha olímpica y al lanzamiento de una colección
de fuegos artificiales. El mismo escenario acogió también la ceremonia
de clausura, en el que los más de 1.000 jóvenes de todo el mundo
allí reunidos pudieron disfrutar de una muestra de la cultura
húngara.
No faltaron las
excursiones
Una vez finalizada
la competición, los deportistas conocieron varios lugares próximos
a Szombathely. La primera excursión se desarrolló por los bellos
parajes por los que discurre el Lago Balatón (de 70 kilómetros),
entre los que hay que destacar el monasterio medieval de Sümeg
y el Palacio de Fesletics, en Kesztjhely.
Asimismo, durante su
estancia en Hungría, la delegación logroñesa se trasladó a la
capital del país para disfrutar durante un día de los enclaves
más bellos y conocidos de Budapest.
La jornada de partida,
desde el aeropuerto de Viena, fue aprovechada para recorrer las
calles de la ciudad austriaca y visitar la catedral, el Palacio
Real y la Ópera.
El 26 de agosto, los
deportistas llegaron a Logroño de madrugada; cansados después
de una intensa semana, pero satisfechos por las medallas obtenidas
y por las experiencias vividas..
|