Lo decimos cada año: los impuestos y las tasas municipales son una de las piezas básicas en las que se apoya
el presupuesto municipal. Esto es así porque generan los ingresos suficientes para ofrecer a los vecinos logroñeses más y mejores servicios. Logroño sigue creciendo, casi al mismo ritmo que la exigencia de sus ciudadanos,
y por ello este Ayuntamiento debe encontrar un equilibrio entre gravar lo menos posible las economías domésticas y, al tiempo, mantener el poder adquisitivo de esta
Administración. Por estas razones, este Ayuntamiento
efectúa un nuevo esfuerzo y no incrementa la presión
fiscal a los vecinos, trasladando únicamente el IPC previsto en lo referente a los impuestos -excepto Bienes
Inmuebles y Plusvalías, que mantienen su tipo impositivo-; así como la inflación del año anterior en cuanto a las tasas
y los precios públicos. Un incremento lógico que,
por otra parte, se sitúa muy lejos del aumento real que experimentan los servicios que se prestan. Nuestro
objetivo es claro, la correcta gestión de la economía
municipal, así como un progresivo aumento de la calidad de vida de los logroñeses.
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