La
actuación municipal tiene su origen en el convenio firmado
entre el Ayuntamiento de Logroño e Iberdrola, por el que
la Administración Local se hace cargo de la obra civil
y la empresa eléctrica del desmantelamiento del tendido
eléctrico y de su soterramiento. Unas líneas eléctricas
de 66 kilovoltios, que cruzan la circunvalación entre las
calles Pedregales y Juan Boscan, atraviesan Lope de Vega, Gustavo
Adolfo Bécquer y discurren paralelas al ferrocarril.
El coste total del proyecto ronda los cien millones de pesetas;
aunque por el momento, el Ayuntamiento de Logroño ha contratado
las actuaciones que afectan al tramo que atraviesa la circunvalación
aprovechando las obras que se desarrollan en estos momentos
y a la calle Lope de Vega. Estas obras contemplan un presupuesto
de 19,1 y 22,9 millones de pesetas, respectivamente, y cuentan
con plazo de ejecución de tres meses. Las empresas encargadas
de desarrollar el proyecto son Ploder y Obras
de Construcciones e Instalaciones. El concejal de Urbanismo
recordó que existe un compromiso de la empresa para
iniciar su parte de la obra, una vez que finalice la obra civil.
El coste total de esta parte de los trabajos ascenderá
a 58 millones de pesetas.
La
reconversión residencial de lo que hasta hace unos años
era un polígono industrial supone la convivencia de elementos
propios de aquellos días con otros más modernos,
adaptados a las necesidades de los vecinos que residen en la zona.
Es el caso del barrio de Cascajos, donde aún prevalecen
las líneas aéreas de alta tensión que en
algunos casos se encuentran aún cumpliendo con la
normativa de seguridad- próximas a las nuevas viviendas
de la zona.
Sin
embargo el Ayuntamiento, según explicó el pasado
martes el concejal de Urbanismo, César Ortega, ha
sido sensible a las peticiones vecinales y va a cumplir su compromiso
de soterrar estas instalaciones; de hecho, ya ha aprobado
la contratación de la primera fase del proyecto de soterramiento,
lo que permitirá que las obras empiecen en enero
de 2002.
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