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          En 
                los últimos años estamos comprobando cómo Logroño sigue creciendo, 
                extendiendo su área urbana y modificando la fisionomía a la que 
                nos habíamos acostumbrado. El ejemplo más claro es el de la reconversión 
                industrial a residencial, como es el caso del barrio de Cascajos, 
                en el que las fábricas y los pabellones industriales van cediendo 
                su terreno ante la aparición de viviendas, calles, parques…Lo mismo le está pasando 
                a otra zona de la ciudad, concretamente a la Avenida de Burgos. 
                A pesar de que aún alberga numerosas industrias, el propio desarrollo 
                urbano va ganando terreno paulatinamente y al final de esta vía, 
                frente a Yagüe, ya pueden contemplarse los edificios de El Arco. 
                Una evolución, en definitiva, que ha conducido al Ayuntamiento 
                a la idea de diseñar unas líneas generales de actuación para una 
                definitiva configuración urbana.
 Para tal pretensión, 
                la Comisión de Gobierno aprobó el pasado miércoles el pliego de 
                prescripciones para la contratación de la asistencia técnica para 
                la redacción del proyecto de remodelación de la urbanización de 
                la Avenida de Burgos y de la calle General Yagüe.
 De momento, cobran 
                cada día mayor protagonismo las ya comentadas viviendas de El 
                Arco, las nuevas de Yagüe o Portillejo, que aumentarán su incidencia 
                en este sentido en los próximos años. El Polígono de San Lázaro 
                va perdiendo consistencia en torno a estos nuevos focos de relevancia 
                urbana.
 
 Labor de anticipación
 
 Todo lo apuntado es 
                una realidad fácilmente constatable con sólo visitar la zona. 
                Por ello, el Ayuntamiento pretende realizar una labor de anticipación; 
                marcar las directrices de actuación de toda la Avenida con el 
                fin de dotar de uniformidad a la misma a medida que se vayan ejecutando 
                las distintas áreas residenciales. No en vano, la Avenida de Burgos 
                es uno de los ejes de expansión urbana en Logroño.
 En la fase de anteproyecto, 
                las asistencias técnicas deberán especificar un tratamiento conjunto 
                para toda la zona, definiendo el tipo y anchura de aceras, alumbrado, 
                regulación del tráfico; con la preceptiva coordinación de las 
                instalaciones de servicios públicos municipales; en resumen, dibujar 
                el futuro de una vía que en su tradicional condición de acceso 
                a la ciudad.
 Otro aspecto destacable, 
                independiente de la asistencia técnica adoptada, es la construcción 
                de una nueva rotonda en el acceso al sector de El Arco. También 
                se estudiarán posibles soluciones para otras intersecciones en 
                la zona.
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