Ni siquiera la lluvia, que no se quiso perder el estreno, consiguió empañar la inauguración del nuevo Estadio Municipal de Las Gaunas. Hacía tiempo que un partido de fútbol no despertaba tanta expectación en la ciudad; y todo ello observado desde cerca por el viejo Municipal, al otro lado de la Circunvalación. Después de casi ochenta años de historia, el vetusto Las Gaunas ofreció el relevo a unas instalaciones dignas de albergar competiciones del máximo nivel y, como muchos desearon en las gradas, tardes de gloria deportiva para el disfrute de logroñeses y riojanos.

       
        Cerca de los dieciséis mil espectadores asistieron a una jornada para el recuerdo: Logroño, jueves 28 de febrero de 2002; inauguración del Estadio de Las Gaunas. Sobre el césped, el Club Deportivo Logroñés, actualmente en la Segunda División B del fútbol español; y el invitado de excepción, el Deportivo Alavés, situado entre los mejores equipos de la Primera División y actual subcampeón de la Copa de la Uefa. Merecida ovación para el conjunto vasco, que se ofreció desinteresadamente para participar en la fiesta y contribuir con su presencia al encauzamiento de la situación que en la actualidad atraviesa el club blanquirrojo.

       
        Pero todo esto sucedió a las 20,30 horas. Una hora antes, el protocolo y la ocasión, –que lo merecía–, establecían el primer acto del programa festivo: el descubrimiento de una placa conmemorativa de la fecha de inauguración del Estadio. Como personalidades destacadas, el presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja, Pedro Sanz, y el alcalde de Logroño, Julio Revuelta; juntos descorrieron el cortinaje que ocultaba la placa, en el acceso de la puerta número cero. Numerosas autoridades del entorno regional, un elevado número de corporativos municipales, así como otros representantes de distintos sectores sociales y del deporte asistieron a este emotivo acto.

        Entre los presentes, el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, o el presidente del Deportivo Alavés, Gonzalo Antón.
        El alcalde, Julio Revuelta, se refirió a “una cuestión de fe” en el momento de explicar la materialización en realidad del nuevo campo de fútbol: “El viento ha soplado en ocasiones muy fuerte en contra, pero ahora es una gozosa realidad para la ciudad y un auténtico valor de futuro”. Palabras que precedieron al agradecimiento del trabajo realizado por la Corporación; al anterior alcalde, José Luis Bermejo –quien puso la primera piedra del Estadio el 19 de marzo de 1998– y en especial a los concejales Rodolfo Rubio, Alberto Guillén, Ángel Rituerto así como “a todos cuantos han trabajado por hacer posible este momento”.
        Junto al alcalde, el presidente regional, Pedro Sanz, ofreció unas breves palabras. Una vez agradecida la presencia del Deportivo Alavés, en la persona de su presidente y del alcalde de Vitoria –que recibieron una placa conmemorativa–, se refirió al nuevo Estadio como “uno de los mejores de España para cuya conclusión han sido necesarios no pocos esfuerzos”. En la cabeza de todos los presentes, un pensamiento: reverdecer viejos laureles y volver a contar con un equipo en Primera División.
       
        El futuro de la ciudad
        Pasadas las 20,30 horas, los niños representantes del fútbol base, ataviados con los uniformes de sus respectivos equipos y con globos blancos y rojos, saltaron al terreno de juego. La sencilla coreografía dejó una de las imágenes para guardar en los álbunes del recuerdo; formaron un pasillo a través del que pasaron los futbolistas hasta el centro del campo. Allí esperaron la presencia de los siguientes protagonistas: el alcalde, Julio Revuelta; el concejal de Deportes, Rodolfo Rubio; el ex-presidente del Logroñés, Félix Andrés; el socio más antiguo del Club, Ángel Verano; y el denominado ‘Gran Capitán’ del equipo blanquirrojo, Jesús Belaza, encargado de realizar el saque de honor –ovacionado por el público logroñés–.
       
       
       
       
        Acto seguido, suelta de globos, música, abrazos y saludos; apretón de manos y… el árbitro señaló el comienzo del encuentro amistoso. Un partido en el que el Logroñés añadió a la fiesta una victoria para los almanaques deportivos; un 2-1 a favor que ofreció al riojano Víctor Morales, en el minuto 17 del partido, el honor de marcar el primer tanto en las espectaculares instalaciones en las que el público logroñés consiguió, sin intermitencias, realizar la famosa ‘ola’ mexicana en la totalidad del aforo. Los espectadores disfrutaron de lo lindo y en muchos casos el encuentro pasó a un segundo plano ante la contemplación del recién estrenado campo de fútbol.
       
                      
        En la segunda mitad nadie se movió de su asiento hasta que el colegiado decretó el final del partido. De nuevo gran ovación para ambos contendientes y para un estadio que el público acogió con cariño en su ‘puesta de largo’. Finalmente, en el sentir del aficionado logroñés, satisfacción; y en su bolsillo, la entrada conmemorativa de un evento que sólo se celebra cada mucho tiempo, la prueba que permitirá a muchos, con orgullo, decir : “Yo estuve en la inauguración de Las Gaunas”.