Izquierda Unida siempre ha defendido el soterramiento del ferrocarril a su paso por Logroño como una obra necesaria e indispensable para el desarrollo urbanístico de la ciudad. Pero, sobre este proyecto se lleva ya demasiado tiempo mareando la perdiz y, a menos de un año de las elecciones, ahora se nos presenta a bombo y platillo un convenio en el que tan siquiera se fijan unos mínimos plazos de ejecución.

        Este convenio refleja también las distintas maneras de entender la política municipal. Para Izquierda Unida, una obra de esta envergadura requiere del diálogo entre todos los grupos municipales y, sobre todo, el buscar cauces que propicien la participación ciudadana. En este sentido, fue a propuesta del Grupo de IU por lo que se realizó un referéndum sobre la ubicación de la estación en el proyecto de soterramiento. El PP, en cambio, no ha contado, ni con la ciudadanía, ni con el resto de los grupos a la hora de negociar este convenio.

        Es un proyecto, además, que no soluciona la barrera que supone la vía férrea en toda la ciudad: El soterramiento sólo se produce entre las calles Eliseo Pinedo y Vara de Rey, que es donde se permite una continuidad de calles, de tráfico rodado y de peatones, mientras que entre Vara de Rey y Murrieta sólo se cubre y el resto de zonas: El Cubo y una parte de Cascajos, la vía férrea irá en trinchera.

        Por otro lado, esta obra, que es la más importante para Logroño en los últimos años, si realmente fuera un proyecto ambicioso para la ciudad, debería ir acompañado de una negociación con RENFE para potenciar y mejorar los servicios de tren en Logroño, un medio de transporte más seguro y con menor impacto ambiental que el automóvil. En este sentido, sería vital el desdoblamiento de la vía entre Miranda y Castejón. Si no, nos encontraremos con una gran estación infrautilizada, con lo que el gasto habrá sido inútil. Además, se debería aprovechar para crear un gran centro de intercomunicación donde se aglutinasen la estación del tren, de autobuses, central de taxis y una terminal de autobuses urbanos.

        Pero donde nos encontramos con la auténtica diferencia entre una política municipal de derechas y de izquierdas es en el método de financiación. El PP, una vez más, apuesta por una gran operación de especulación del suelo público, para construir en los terrenos liberados una zona de viviendas y comercios de “alto standing” de la que se beneficiarán las constructoras e inmobiliarias de siempre y una minoría de privilegiados que pueda pagar lo que va a suponer un nuevo encarecimiento del precio de la vivienda en Logroño. Para Izquierda Unida en una obra de esta envergadura la mayor parte de la financiación debe correr a cargo de los Presupuestos Generales del Estado y en los terrenos liberados invertir de verdad en calidad de vida para todos los ciudadanos, con la creación de un gran parque urbano con zonas dotacionales y deportivas, en una zona con una alta densidad de viviendas y con carencias de espacios verdes. Frente a la visión de Logroño como ciudad sostenible, con calidad de vida y para todos los ciudadanos, la vieja visión de la derecha de un desarrollo urbanístico especulativo, buscando sólo la rentabilidad económica y para una minoría. Soterramiento sí, pero no así.

        Grupo Municipal de Izquierda Unida