Una vez concluido el trabajo de campo en el conjunto de Valbuena, el Ayuntamiento de Logroño planteará la ampliación de las excavaciones “de la forma más rápida posible” al entorno cercano, el comprendido entre El Cubo de El Revellín y los aparcamientos ubicados frente a los edificios de Defensa. Ésta es la idea municipal, expresada a través del concejal de Patrimonio, José Musitu, en la presentación de las primeras conclusiones sobre los estudios realizados.

        Para ello, se iniciarán “de forma inmediata” los trámites de contratación de unos trabajos que deberán completar la labor dirigida por los arqueólogos Juan Manuel Tudanca y Carlos López de Calle, toda vez que en el plazo de dos años deberán comenzar las obras para la rehabilitación integral de la zona, resuelta por un concurso urbanístico y arquitectónico ganado por los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno.

        Explorar nuestras raíces

       Los trabajos arqueológicos en Valbuena comenzaron en 1997 con una serie de catas en todas las áreas colindantes, incluido el entorno de El Revellín. Ya en 2001, comenzaron las obras en la zona en la que se ubicaba el convento del siglo XVI. Allí se han encontrado numerosos restos, según el equipo de arqueólogos, sobre todo tumbas, “en gran número por la superficie en la que se ha trabajado”, explicó Tudanca. En su opinión, el estudio de estos restos “representa un microcosmos muy especial en el que aparecen diferentes rasgos sociales, desde el personaje más humilde hasta el más relevante”.

        El conjunto arqueológico encuentra acomodo en diferentes épocas; por ejemplo, antes de construirse el convento (XVI) hubo un primitivo cenobio benedictino del siglo XII. Más tarde, ya en el XIX, el convento se convirtió en cuartel militar, del que se conserva una gran muralla de la época carlista. Además de las numerosas inhumaciones, se han encontrado monedas, útiles de cocina y ropajes.

        Cuando finalizaron los trabajos sobre el terreno se inició la labor de inventario y estudio de todo lo aparecido con el fin de plasmarlo en un documento; información básica para el desarrollo del citado proyecto urbanístico que se realizará en este ámbito.

        El proyecto

       Una vez completado el estudio de todos los restos y atendidas las peculiaridades del entorno y del proyecto urbanístico, se decidirá qué elementos serán expuestos públicamente, de acuerdo a criterios de coherencia y comprensión por parte del visitante. Sí parece seguro que se respetarán las bodegas y la planta de la iglesia. De cualquier forma, “no hay restos más importantes que otros”, matizó Tudanca, “lo que hay que hacer es contextualizarlos en una única interpretación, que es lo que se está haciendo ahora en el laboratorio y con la correspondiente documentación; el objetivo, en definitiva, es dar a los restos el valor que merecen”. Consideración compartida por José Musitu, quien destacó la importancia de las excavaciones realizadas “por su interés histórico y arqueológico”. No en vano el propio arqueólogo afirmó que “con lo encontrado se puede seguir la historia de Logroño durante mil años”.