Apenas
inaugurado el cuarto puente sobre el Ebro a su paso por Logroño,
el Ayuntamiento ya piensa en nuevas formas para atravesar el río
que quiere convertir en eje vertebrador de la propia ciudad. El
pasado mes de enero se aprobó la contratación para la redacción
de un quinto puente que unirá la prolongación de la calle San
Millán con la carretera de Mendavia, a las faldas del Monte Cantabria.
Para ello se eligió un procedimiento
negociado sin publicidad, dirigido directamente a profesionales
y empresas de prestigio contrastado. Se invitaron a siete profesionales
o sociedades de estas características, resultando elegida –por
criterios económicos y de plazos– la propuesta de Juan José Arenas.
José Musitu, concejal de Patrimonio,
fue el encargado de presentar públicamente los detalles del proyecto
que deberá desarrollar el ingeniero de reconocido prestigio internacional.
De hecho, ofreció cuatro variantes, cuatro soluciones entre las
que el Ayuntamiento deberá dilucidar “de forma inmediata”,
comentó el edil; ya que la intención es contar con el proyecto
definitivo redactado en enero o febrero de 2004.
Solución atirantada
En los cuatro casos, Arenas propone
puentes atirantados, todos ellos integrados en el entorno “teniendo
en cuenta el Palacio de Congresos, la Plaza de Toros, el Monte
Cantabria y el Parque de La Ribera”, señaló.
La primera opción prevé un puente
atirantado, con tirantes sujetos en dos elementos verticales de
hormigón situados en la parte central del tablero, que tendría
190 metros de largo y se sostendría en tres pilastras en el río.
La segunda es similar a la anterior,
solo que en lugar de dos elementos plantea exclusivamente uno,
mayor, en el centro del puente, cuyo tablero alcanzaría una longitud
de 180 metros; con sujeción en un solo pilar.
La tercera propuesta modifica
la situación de los elementos verticales, que pasan del centro
a sus extremos. El tablero, en este caso (180 metros) se apoyaría
en dos pilares).
La última solución corresponde
a un puente mixto; colgante-atirantado con dos elementos verticales
en el extremo del puente.
Todas las propuestas tienen elementos
comunes, como una pequeña curvatura de entrada al tablero para
que éste se dirija (des-de la prolongación de la calle San Millán)
hasta las faldas del Monte Cantabria. A ambos extremos, el acceso
al tablero estará regulado por sendas glorietas. También en todos
los casos se preserva el Parque de La Ribera, no impidiéndose
en ningún momento su continuidad al quedar en un nivel inferior
al tablero.
Juan José Arenas
Arenas es un prestigioso ingeniero, doctor en Ingeniería y catedrático
de Puentes en la Universidad de Cantabria. Entre sus obras aparecen
figuras relevantes como el puente de La Barqueta (realizado para
la Expo 92), en Sevilla; el viaducto de La
Arena, el puente de las Oblatas en Pamplona, el del Guadiana en
Badajoz; Morlans en San Sebastián o uno sobre el Pisuerga, en
Valladolid.
Una vez aprobadas las propuestas
por la Comisión de Gobierno, se solicitará al ingeniero una mayor
concreción de las mismas para, a continuación, decantarse por
una de las opciones. Después quedarán nueve meses para la redacción
definitiva del proyecto, que deberá estar listo a principios del
próximo año. La previsión presupuestaria rondará los 395.000 euros.
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