Una fórmula concebida a largo
plazo y que ya ha sido adoptada en otras zonas de la ciudad en
expansión, como por ejemplo Cascajos o San Lázaro.
El plazo para que el uso industrial deje paso al residencial se
sitúa en los 24 años, lo que no quiere decir que parcialmente
y con anterioridad al límite fijado se produzca paulatinamente
la reconversión, como se ha podido apreciar en los barrios anteriormente
citados.
Tal y como establece la nueva
Ley de Ordenación del Territorio Urbano de La Rioja (LOTUR), la
reconversión de usos provocará un aumento de población en la zona,
con lo que la urbanización deberá reservar mayor superficie de
espacios libres. Otra novedad es la introducción obligatoria en
una cuantía mínima del 30 por ciento del aprovechamiento para
viviendas protegidas, fijándose también un porcentaje máximo del
50 por ciento para dicho régimen.
Los datos
La superficie contemplada para
este PERI es de 26.665,8 metros cuadrados, que se traducen en
un aprovechamiento de 23.277,7 metros cuadrados para uso residencial.
Se podrán construir viviendas con altura máxima de 16 metros (baja
más 4) y, como se ha indicado, el porcentaje de vivienda protegida
oscilará entre un mínimo del 30 y un máximo del 50 por ciento.
Las viviendas protegidas en este caso, a semejanza de lo establecido
para el suelo urbanizable no delimitado, se configuran como un
uso con coeficiente del 0,5 con respecto del aprovechamiento (el
coeficiente de ponderación es una herramienta que sirve para calcular
el aprovechamiento urbanístico de un ámbito de suelo urbano).
Para simplificar estas cifras,
cabe destacar que en el caso de aplicar un 30 por ciento del aprovechamiento
del PERI en régimen de protección se obtendrían 303 viviendas,
de las que 140 (el 46 por ciento del total) serían protegidas
-margen en el que se incluye el 10 por ciento de aprovechamiento
municipal- y el resto (163) corresponderían al mercado libre.
Ahora bien, en el supuesto de
alcanzar un 50 por ciento del aprovechamiento (el máximo establecido),
se podrían construir un total de 349 viviendas, de las que protegidas
serían 233 (66,6 por ciento) y libres 116.
Crecimiento del
barrio
La imposición de un abanico de
entre el 30 y el 50 por ciento de vivienda protegida “parece adecuado,
siendo el momento de redacción del PERI el oportuno para determinar
el porcentaje definitivo”, según rezan los informes técnicos.
Con esta propuesta, que llegará
la próxima semana a las comisiones informativas municipales y
será debatida para su aprobación en el próximo Pleno, el Ayuntamiento
satisface una de las demandas de los vecinos de Varea que, por
las características de su barrio, encontraban evidentes dificultades
para extender su área residencial. Ya en la adaptación del Plan
General de 1998, fuera del periodo de alegaciones, estos vecinos
hicieron llegar al Consistorio dicha demanda, que hoy puede ser
atendida en previsión del lógico crecimiento del barrio.
Es notable también la novedad
que constituye, ya que es la primera vez que se introduce en un
PERI la obligatoriedad de crear vivienda protegida.
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