Clara encargó las flores de víspera. Lo hacía
cada 31 de octubre y no porque fuera precavida, lo hacía para
no tener que esperar demasiado al día siguiente, en el mercado
de la glorieta. El Día de Todos los Santos quería llegar pronto
al cementerio. Le gustaba recoger su ramo y pasear hasta el camposanto
sin prisa. Sabía que el mercado de las flores estaba abierto desde
el jueves y por eso aprovechaba para, con toda la calma del mundo
–como a ella le gustaba decir–, dar un primer vistazo e iniciar
el proceso de selección.
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A veces entablaba breves
conversaciones con las vendedoras. Hablaban del frío y de las
diversas emociones que se experimentaban en una fecha tan señalaba
como el Día de Todos los Santos, sensaciones de añoranza y también
de cercanía a los seres queridos que ya no están. Charlaban también
de los millares de logroñeses que acudirían hasta el camposanto
municipal y de la esperanza de que la lluvia, a diferencia del
resto de los vecinos, no decidiera visitar a nadie. La lluvia
siempre lo oscurece todo, pensaba Clara.
Cargada de recuerdos y flores, Clara sorteaba airosa a los
numerosos compañeros de viaje que se encontraba en las aceras
del puente de Piedra; el río era testigo, de nuevo, de la actividad
de la ciudad.
El cementerio había ido mejorando sus instalaciones en los últimos
años. Los hermanos Fossores, en colaboración con el Ayuntamiento,
habían remodelado y ampliado el recinto y las dependencias existentes.
Según comentaba algunos vecinos, en la prensa regional diferentes
reportajes recogían las últimas obras realizadas: el arreglo del
Grupo San Carlos I y II –con su fachada de granito-, la mejora
del pavimento del Grupo de la Capilla o la reforma de completa
del Grupo San Rafael. Al parecer, según la información recogida
en los diarios locales, a lo largo de 2003 también se había reformado
la cubierta del edificio de los Hermanos Fossores y había concluido
la instalación del sistema de riego por goteo en los cuadros actuales
del cementerio y en las zonas verdes de la ampliación, que ha
supuesto la construcción de 826 nichos de restos. Clara no pudo
evitar una sonrisa al observar cómo uno de los hermanos encargado
del cementerio interrumpía a los improvisados comentaristas y
les anunciaba los nuevos proyectos de mejora: reformas en cubiertas
y pavimento, pintura, y mejora de los accesos de la calle San
José.
Clara comprobó cómo a pesar de que ya lleva dos años en funcionamiento,
el crematorio continúa llamando la atención de los logroñeses
que visitan el cementerio, no en vano era una demanda habitual
de los vecinos. Según comentaban, las estadísticas municipales
reflejaban que hasta el 28 de octubre de 2003 se habían realizado
274 incineraciones, mientras que en todo el año 2002 fueron 245.
Son otros tiempos, pensaba.
A Clara, en cambio, lo que más le impresionaba del cementerio
eran los cipreses. Le asombraba su tamaño y su figura estilizada,
pero sobre todo, su excelente presencia y estado de conservación,
a pesar de dar la impresión de llevar allí desde siempre.
Inhumaciones
Logroño 608
Varea 7
El Cortijo 5 |
Nichos de enterramientos
Logroño 7.266
Varea 176
El Cortijo 36 |
Incineraciones: 274 |
Nichos de restos
Logroño 7.439
Varea 160
El Cortijo 53 |
Columbarios: 96 |
Panteones
Logroño 3.094
Varea 30
El Cortijo 4 |
FLORES PARA
TODOS LOS SANTOS
Lugar: Glorieta
del
Doctor Zubía
Días: 30, 31 de
octubre y el sábado 1 de noviembre
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