Del mismo modo que ha sucedido
en los últimos años, el Ayuntamiento no aumentará la presión fiscal
sobre los logroñeses a lo largo de 2004. Como ya es tradicional
en la política municipal, los impuestos tan sólo variarán en función
del Índice de Precios al Consumo (IPC), mientras que tasas y precios
públicos tomarán como referencia, para marcar su renovación, la
inflación del presente ejercicio. La modificación del Impuesto
sobre Actividades Económicas ha permitido a cerca de once mil
logroñeses –el 92% de los contribuyentes del IAE- quedar exentos
de su pago; lo que de nuevo nos permite aplicar la filosofía de
‘más con menos’. El Ayuntamiento de Logroño costeará nuevos y
mejores servicios municipales -de los que disfrutamos todos los
vecinos-, incrementando su calidad sin obligar a los ciudadanos
a realizar un mayor esfuerzo económico.
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