... desde el 21 de septiembre
de 1863 al 9 de noviembre de 1958, por la Gran Vía logroñesa discurría
el tendido de la vía del ferrocarril?
El 26 de marzo de 1861 tuvo lugar la colocación de la primera
piedra de estos trabajos; obras gracias a las que posteriormente
nuestra ciudad quedó conectada en el trayecto Bilbao-Tudela. Y
en el día de San Mateo del ya citado 1863, se inauguró esta nueva
infraestructura, con la nueva estación y la correspondiente conexión
viaria (actualmente las calles Miguel Villanueva, Avenida de La
Rioja, Víctor Pradera y Avenida de Portugal). Años más tarde,
concretamente el 9 de noviembre de 1958, se inauguró la nueva
estación, la que conocemos en la actualidad. A las diez horas
y tres minutos de ese mismo día, efectuó su entrada en la antigua
estación de Gran Vía el último tren de viajeros que lo hiciera
por pleno centro logroñés, procedente de Miranda. Una vez adquiridos
diversos terrenos por parte del Ayuntamiento, el Pleno celebrado
el día de la Patrona, la Virgen de la Esperanza, el 18 de diciembre
de 1961, aprobó una Ordenanza especial para la construcción cerrada
y con soportales para las edificaciones de esta gran arteria.
Ya en 1963, la Gran Vía iba poblándose de viviendas de preciosa
consideración, en una gran arteria de 46 metros de anchura, con
los cuatro carriles centrales para el tráfico rápido y otros dos
laterales para el urbano. La denominación de Gran Vía de don Juan
Carlos I se aprobó en 1975; la tercera que tuvo, ya que con anterioridad
se habían aprobado las denominaciones de Gran Vía ‘Don Julio Pernas
Heredia’ (el alcalde en el momento del traslado de la vía férrea);
y ‘Gonzalo de Berceo’, en 1967.
En San Mateo de 1863 se inauguró
la conexión viaria logroñesa, con el edificio de la estación.
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