La relación entre la ciudad y la universidad debe ser de complicidad. Una colaboración entre ambas instituciones que participe del enriquecimiento general del municipio,
incrementando su dinamismo social, desde la cultura, la investigación y la formación. Estoy convencido de que la existencia de una universidad que no esté integrada en la vida de la ciudad no tiene razón de ser. En Logroño tenemos la suerte además de que el campus forma parte de la ciudad. Por eso ahora, de la mano, Ayuntamiento y UR tenemos previsto dotarlo de personalidad propia, a través de una urbanización que le ofrezca un caracter que la identifique y destaque.
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