Hay que ser muy torpe para perder un elemento singular del patrimonio de la ciudad, después de pasarse todo el día insultando y acusando a los demás de no cuidarlo. El concejal del Psoe Domingo Dorado lleva un mes largo con la cara colorada (DE VERGÜENZA, por supuesto). Dorado no sabe dónde están los azulejos de Correos, el edificio rehabilitado por el Ministerio. Y aunque sus amigos del Partido Riojano miran ahora para otro lado –cuando los responsables son sus colegas del Psoe el Patrimonio ya no vale tanto-, lo cierto es que los logroñeses ya nunca volverán a disfrutar de unos azulejos que el Ministerio ha sido incapaz de custodiar. No hace mucho tiempo, Dorado gritó a los cuatro vientos que iba a estar vigilante con esta obra. Ahora, el concejal socialista –multiexperto en todo- ya no dice nada. Se calla. Ya no le importa el edificio de Correos y mucho menos sus azulejos que al parecer ni sabe donde están ni le importan. Para Dorado –y al parecer para todo el grupo municipal socialista, ya que todos guardan silencio- el patrimonio es tan sólo un juego con el que atacar al equipo de Gobierno. Ahora, cuando el Ministerio –dirigido por el Psoe- ha extraviado los mosaicos de Correos ya no anuncian a bombo y platillo denuncias en la Fiscalía, ni solicitan la celebración de Plenos monográficos; ahora tienen que proteger a sus amigos.

Por lo menos –si de verdad les importara la ciudad-, podían instar a la ministra a que termine, DE UNA VEZ, las obras de Correos y del Museo. Al final siempre es la misma historia: los Gobiernos socialistas prometen, pero los vecinos nunca ven los resultados.

        Grupo Municipal del Partido Popular