El próximo lunes celebramos la festividad de nuestra patrona, la Virgen de la Esperanza, una fecha que siempre nos habla del espíritu de vecindad, del disfrute de la ciudad como espacio de convivencia.
Un día que tiene su acto principal en la Ofrenda a la Virgen y en el que aprovechamos para pedirle a la ‘Alcaldesa Mayor’ que nos ayude en la determinación de hacer de Logroño, cada día, un lugar más amable y cómodo, moderno y atractivo; apetecible para pasear; ágil y dinámico. Creo que entre todos lo estamos haciendo realidad. Lo podemos constatar al recorrer el cinturón verde, en las nuevas urbanizaciones del centro de la ciudad, en la revitalización del Casco Antiguo, en la mejora de los accesos y las comunicaciones, en el desarrollo del transporte urbano o en el fomento de la actividad juvenil y artística o de las actividades e instalaciones deportivas municipales. Merece la pena.
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