"En la actuación realizada en el Cubo del Revellín se han empleado los métodos más avanzados y respetuosos existentes hoy en día”. El concejal responsable del Programa Especial para el Casco Antiguo, Conrado Escobar, introducía así a los arqueólogos que a lo largo de los últimos años han realizado los trabajos de estudio de una de las edificaciones emblema de la ciudad.
Así, la explicación ofrecida por Juan Manuel Tudanca y Carlos López de Calle, detalla que aunque en el interior del Cubo del Revellín las catas arqueológicas prácticamente han finalizado, “aún resta una importante labor de catalogación y posterior estudio de lo encontrado”.
El proyecto no se ha limitado a estudiar el Cubo, sino también la antigua casa de artillería –contigua al elemento principal– y de la muralla que ofrece su continuidad desde este punto.
Actualmente, el equipo de arqueólogos trabaja sobre el tramo de muralla más conocido por los logroñeses, el que da soporte a la puerta del Revellín. “Muy pronto –señalaron– los ciudadanos podrán contemplar en su totalidad la altura de la muralla”. La estimación es que se trata de un muro de alrededor de diez metros de altura, de los que hoy en día sólo vemos la mitad.
La celebración en Logroño de la exposición ‘La Rioja Tierra Abierta’, que comenzará la próxima primavera, permitirá contemplarla, así como otros bienes muebles hallados durante los trabajos: monedas de oro y plata o los elementos constructivos de este gran recinto fortificado que han permanecido ocultos durante años. “Hemos encontrado cosas sorprendentes -apuntaron-, tales como una antigua escalera; la contramuralla, que nos permite conocer un poco mejor y desarrollar hipótesis sobre como era la estrategia defensiva o una bodega en un magnífico estado”.
López de Calle señaló que “el Cubo del Revellín es un edificio herido por las múltiples intervenciones que ha sufrido, pero aún así es un edificio que no engaña” Para obtener los mejores datos sobre la fortificación, los técnicos trabajaron con un escáner 3D que permitió conocer el interior piedra a piedra.
Así hoy, ya podemos saber que el Cubo del Revellín consiste en un cilindro superior que alberga las troneras para los cañones y los visores para los tiradores. En la parte inferior se encuentra el polvorín, que a través de un pasillo de sillería permite el acceso a la casa de artillería.
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