La mejor protección de nuestros derechos es la prevención.

Para ello es preciso que, antes de adquirir un producto o servicio, nos cercioremos de que estos reúnen las características que necesitamos y de que las condiciones de venta son las adecuadas. El etiquetado del producto y la publicidad son dos fuentes de información inicial básicas acerca de la calidad, composición, el precio, condiciones y sistemas de pago. Esta información debe ser más exhaustiva, si cabe, si decide hacer su compra utilizando medios electrónicos.

Si a pesar de estas precauciones, se produce una vulneración de sus derechos y el vendedor no atiende su pretensión, podrá dirigirse a la OMIC.