El colegio San Bernabé se convertirá en un centro cívico “sorprendente, moderno, dinamizador del Casco Antiguo pero referente para toda la ciudad, vinculado a las TIC y al concepto de innovación socia

La alcaldesa ha presentado el anteproyecto de esta dotación, dentro de la Estrategia de regeneración de La Villanueva, que incide en un planteamiento novedoso de “reciclaje” urbano
Con más de 1.000 m2, habilitará espacios para muy diversos usos, vinculados a la creatividad de los jóvenes aunque también a la convivencia vecinal
Dispondrá de diversas entradas y espacios singulares como un patio-jardín para actividades y una cubierta vegetal mallada
La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, ha presentado esta mañana el anteproyecto de rehabilitación del antiguo colegio San Bernabé para que se convierta en Centro Cívico para el Casco Antiguo. Una información que ha dado a conocer durante una visita realizada a las instalaciones, que serán sometidas a una recuperación en el que será “uno de los primeros ejemplos de reciclaje urbano en la ciudad”.
Un concepto innovador que tiene que ver con aprovechar edificios que quedaron en desuso, utilizando elementos preexistentes aunque combinándolos con nuevas propuestas de sostenibilidad y soluciones tecnológicas. “Un modelo muy en boga en Europa y en otros lugares de España, a menudo vinculado a la creatividad, a impulsar el talento de los jóvenes y a fomentar la convivencia”.
Ésta será la base del Centro Cívico San Bernabé, que en su concepción contemplará usos variados. Como lo ha definido Gamarra, será “un centro sorprendente, moderno, vinculado a las TIC y al concepto de innovación social. Un centro dinamizador del Casco Antiguo pero que estamos seguros que se convertirá también en referente para toda la ciudad”.
Este centro multifuncional, tal como ha señalado la alcaldesa, “ofrecerá oportunidades para dar rienda suelta a la libertad creativa de los más jóvenes, planteándose además la posibilidad de que sean los propios usuarios los que lo autogestionen”.
Y también “será un punto de encuentro en el barrio, para vecinos y para turistas y peregrinos que transitan por el Casco Antiguo”. Para ello, se considera la recuperación no solo del edificio sino la revitalización del espacio público circundante, acondicionando su urbanización y equipándolo con servicios y mobiliario adecuados.
De hecho se plantea una reserva de espacio coincidente con la fachada para un acceso exclusivamente peatonal de carácter estancial. A ambos lados de esta plataforma se redistribuirá el arbolado, creando una pantalla visual y una barrera física que impida el acceso lateral rodado. Bajo los árboles se dispondrá aparcamiento para bicicletas.
El conjunto de actividades diversas que se quieren ofrecer -ludoteca, áreas de formación, sala de videoconferencias, auditorio, vivero de empresas, bar...- ha sido tenido en cuenta en la redacción del anteproyecto por parte de los técnicos de la Unidad del Casco Antiguo del Ayuntamiento.
Una decisión tomada una vez que se desechó la idea de derribar el edificio y construir otro nuevo, ya que -como explica la alcaldesa- ”se consideró que, aunque carece de valores singulares y con unas instalaciones que están obsoletas, forma parte de la memoria sentimental de muchos logroñeses”.
En total, la intervención se producirá sobre una superficie construida de 1.283,36 metros cuadrados, 1.072,60 metros cuadrados útiles que se reparten en planta baja, entreplanta -sobre lo que era el salón de actos-, primera planta y una planta de cubierta verde.
Precisamente esta cubierta ajardinada es uno de los elementos singulares de la propuesta. Un “reto” solicitado por el Equipo de Gobierno a los arquitectos, atendiendo al modelo de “ciudad sostenible” que se está implantando en Logroño, y al que han dado respuesta con una solución “de camuflaje” para que no interfiera en las vistas aéreas del Casco Antiguo en el que predominan las cubiertas inclinadas.
“Cubriendo con una malla metálica expandida la cubierta verde se evitan sus vistas desde el exterior, se admite la entrada del agua de lluvia y se consigue una ventilación e iluminación natural permanente que posibilita la prosperidad de las plantas”, se indica en el anteproyecto.
Con esta solución se genera un recinto que es accesible y admite crear dos pasillos transitables que convierten el espacio en estancial. Espacio equipado con bancos, pudiendo los usuarios del edificio aprovecharlo como zona semiexterior de reposo ajardinado al que se podrá acceder directamente desde la primera planta.
La reconversión del patio interior en jardín es también un elemento relacionado con la sostenibilidad y acorde con los objetivos temáticos de la Estrategia de La Villanueva. Convertirá así lo que ahora es una mera solera de hormigón fría, carente de personalidad, en un espacio ajardinado interior pero con gran permeabilidad con el exterior, garantizando su apertura al público y su utilización para numerosas actividades. El patio tiene una superficie de 158 metros cuadrados.
La distribución interior
En la distribución de los espacios interiores del edificio se tendrá muy en cuenta el carácter de centro cívico a disposición de vecinos y asociaciones, lo que debe garantizar un uso interdisciplinar del mismo.
Lo primero que deberá hacerse es disponer de todas las dependencias de planta baja a nivel de la rasante de la calle. El acceso principal se llevará a cabo por Rodríguez Paterna, aunque también habrá accesos complementarios por las calles San Gil y San Roque a fin de que se pueda llegar a los locales allí ubicados de manera independiente.
En total se abrirán en el perímetro siete portones: tres en Rodríguez Paterna (para acceder al vestíbulo principal del edificio), tres en San Roque (para tres locales independientes) y uno en San Gil.
Rodríguez Paterna, con sus tres grandes portones, se convierte -empleando tanto el espacio porticado interior como el espacio de urbanización exterior- en el Salón Principal de concentración juvenil y de cualquier persona que quiera conectarse a un servicio abierto de wifi municipal.
El vestíbulo principal podrá quedar incomunicado del resto mediante cerramientos de malla metálica para el control de accesos. En planta primera el vestíbulo se compartimentará en tres niveles, según las cotas del forjado actual. En la más elevada se reservará un espacio como mural para exponer los trabajos artísticos de los usuarios.
En la planta baja se distribuyen las dependencias destinadas a talleres, en estrecha relación con el patio-jardín. En el ala norte, donde estuvo el salón de actos, se plantea el llamado Taller de actividades dinámicas, que acogerá un mayor número de participantes: salón de actos, gimnasio, juegos infantiles, actividades teatrales, conciertos... con un acceso directo tanto desde la calle como desde el vestíbulo. En el ala sur, abierto a la calle San Roque, habrá tres talleres de formación, creación o relación social. En este último podría acondicionarse un servicio de hostelería sin cocina que funcionara a modo de bar-cafetería, en relación con el patio-jardín y abierto al público pero con un horario limitado.
En la planta primera la distribución también se realiza mediante dos pasillos paralelos al patio, que pueden funcionar en un momento dado como tribunas para contemplar las actuaciones que se desarrollen en él.
En el ala sur, sobre los talleres, se dispondrán las salas de mayor dimensión que pueden destinarse a aulas en sentido tradicional o a salas de conferencias. En el norte son salas más pequeñas que además de para usos formativos pueden dedicarse a reuniones de vecinos, salas de ordenadores, viveros de empresas...
Los acabados interiores -una vez ejecutadas las demoliciones pertinentes y consolidado y mejorado los aspectos funcionales necesarios- destacarán por tener a la vista un gran número de instalaciones. Bien colgadas de los techos o adosadas a los paramentos del edificio, le otorgarán al entorno un ambiente industrial, compatible y muy apropiado con la temática con la que se quiere revestir al edificio. También son importantes las luminarias que se seleccionen, de carácter urbano y fabril y siempre con lámparas de bajo consumo.
En la misma línea de reciclaje que se somete al edificio, el mobiliario deberá provenir en buena medida de la reutilización. Algunos de los elementos que han quedado en el interior del colegio podrían volverse a ubicar en él, acompañados por otros que pudieran estar en los almacenes municipales o de similar procedencia. Como se indica en la memoria del anteproyecto: “La diversidad de mobiliario aportará carácter singular al edificio”.
Las fachadas
Tanto las condiciones actuales del inmueble como el programa funcional propuesto para el mismo llevan a la modificación de las fachadas. Se procurarán entradas independientes para permitir actividades y horarios diferentes. También la adecuación a las condiciones técnicas exigidas actualmente obligará a reponer la solera por completo de la planta baja y a construir un nuevo forjado techo de la planta primera, ambos con un correcto aislamiento.
Al conjunto se le dotará de “una nueva piel” en la que se mejoren las condiciones térmicas, un nuevo revestimiento con un tratamiento especial en el perímetro de los huecos de fachada (alfeizar, jambas y dintel).
Se aprovechará esta intervención para modificar la composición de la fachada, para quebrar la horizontalidad actual y dotarle de una compartimentación vertical que fraccione los paramentos y aproxime su escala a la de los edificios del entorno. Las carpinterías exteriores se cambiarán prácticamente en su totalidad. En principio las fachadas serán pintadas de un amarillo cadmio, parecido a la actual tonalidad.
La singularidad de las fachadas recae en el chaflán de encuentro entre Rodríguez Paterna y San Roque. Se preservan los azulejos originales que representan a San Bernabé y el rótulo original del centro escolar. A los pies de la imagen se abre un hueco rasgado -una especie de hornacina- convertido en minisala de exposiciones en la que se alojará una obra de arte de los alumnos, usuarios o de un artista, renovándose la instalación periódicamente.
La fachada que da a Rodríguez Paterna seguirá siendo la principal del edificio y será en la que se producirán cambios significativos para potenciar su representatividad. Se abrirán tres portones en la planta baja para lograr la permeabilidad de flujos entre el vestíbulo interior y el salón exterior, unificando virtualmente ambos espacios. En la planta primera, se formaliza un balcón a modo de jaula de malla metálica expandida.
En su frente dispondrá de una plataforma móvil, construida como celosía de lamas, que en la parte de arriba tendrá el rótulo del nombre del centro, realizado con líneas continuas luminosas de led que incluso pueden variar de color letra a letra.
Cuando el edificio se encuentre abierto la celosía móvil se desplegará hacia la calle convirtiéndolo en una marquesina. Al desplegarla, aparece el balcón de planta primera formando un frente cerrado con paneles discontinuos de malla expandida, que formaliza una fragmentación espacial interior. Esta disposición genera en el interior habitáculos para reunirse en grupo o de uso individual.
En la calle San Gil se potenciará un hueco de acceso para uno de los talleres, ampliando la luz de paso y cerrando un recercado de doble altura en el que queden embebidos los huecos de la planta primera. Dispondrá de un cerramiento con malla metálica expandida con los rótulos -textos caligráficos con líneas led- identificativos del taller.
El resto de huecos se emparejan verticalmente.
En San Roque se abren tres portones para dar servicio a los talleres, cada uno con su rótulo identificativo. Entre ellos quedan dos tramos de paramentos con huecos de ventana.
Las fachadas del patio interior estarán recubiertas con elementos murales o pictóricos que emanen de la mayor libertad artística, ideados para ser efímeros, renovables periódicamente.
Estrategia de La Villanueva
Para afrontar el proyecto, y yendo un poco por debajo de la estimación incluida en la propuesta EDUSI La Villanueva, el Ayuntamiento invertirá en torno a un 1,3 millones de euros, teniendo en cuenta tanto la adecuación del edificio como su dotación en TIC. En principio, el presupuesto orientativo calculado en el anteproyecto es de 886.500 euros, cantidad a la que habría que sumar un 19 por ciento de gastos generales y beneficio industrial y posteriormente un 21 por ciento de IVA.
Como ha recordado la alcaldesa, el carácter dado a este centro dentro de la Estrategia fue uno de los principales puntos de acuerdo de todos los que participaron en su elaboración, tanto grupos políticos como colectivos ciudadanos y vecinos a título particular.
En este documento se detalla, en la ficha dedicada al Centro San Bernabé, que su objetivo es: “Habilitar un entorno de estudio, trabajo, investigación, debate y desarrollo de actividades culturales, económicas, comunitarias, sociales... que sean referente en la ciudad contribuyendo de este modo a promover el desarrollo de proyectos en los que las TIC sean fundamentales y, de esta forma, colaborar de forma activa en la eliminación de la brecha digital existente en la ciudad. Este centro se convertirá en un punto de interés que atraerá ciudadanos de otras partes de la ciudad”.
A partir de ahora, tal como ha anunciado la alcaldesa, este anteproyecto será analizado por el grupo de seguimiento creado sobre la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado que aborda el futuro de este barrio. Tras lograr el visto bueno, se someterá al “examen de elegibilidad” de la unidad de gestión -que marca el procedimiento del organismo intermedio ligero de la EDUSI- para posteriormente ser trasladado al Ministerio como actuación seleccionada.
En paralelo, y una vez elaborado el anteproyecto, se licitarán dos asistencias técnicas para que los propios técnicos municipales redacten en proyecto. “El objetivo que nos marcamos es licitar las obras de construcción en este 2019”, ha destacado Gamarra.
Una dotación de la posguerra
La historia del colegio San Bernabé no está exactamente fechada, existiendo discrepancias entre lo indicado en diversos documentos.
El primer testimonio a modo de fotografía que existe de él está datado en 1952, encontrándose en ese momento en obras y destacando que originalmente sólo se construyó la mitad del edificio que ha perdurado hasta la actualidad. Y como última referencia, un plano de 1987 en el que se acometió una reforma de la planta baja del edificio para construir un comedor, vestuarios y duchas y una zona cubierta de juegos. El uso docente dejó paso en los últimos años a otros servicios educativos relacionados con la formación de profesores.
Como ha señalado la alcaldesa, “no tenemos claras las fechas pero lo que es indudable es que por estas aulas ha pasado generaciones y generaciones de logroñeses; que en ellas dejaron sus vivencias y su corazón, y con esta mirada de nostalgia van a recibir un centro que mezclará como pocos el pasado con la tecnología, del mismo modo que el Casco Antiguo es el origen de la ciudad pero también el hoy y el mañana”.