Imagen de la rueda de prensa
25.08.2025

El alcalde de Logroño, Conrado Escobar, ha presentado hoy el proyecto elaborado para las obras de renaturalización e integración hidrológica y ambiental del barranco de Oyón. El documento es el resultado de la asistencia técnica encargada a Nolter Ingeniería y Medio Ambiente y plantea una inversión total de 1.741.962,22 euros en dos fases. El objeto principal de la actuación es evitar las inundaciones que episodios de precipitación generan en ocasiones en El Campillo, si bien el proyecto optimiza la solución con un planteamiento ambiental que además generará una nueva zona verde.

La solución que adoptará el Ayuntamiento de Logroño para evitar que en el futuro se sigan produciendo inundaciones en esta zona de la ciudad “pasa por desviar y recoger el agua de lluvia procedente del barranco de Oyón para evacuarla al río Ebro evitando la posibilidad de entrada en el barrio de El Campillo”, ha señalado el alcalde. Para ello, el proyecto plantea una serie de actuaciones de carácter hidrológico que se ejecutarán en la primera fase de las obras y que fueran puestas en conocimiento de la Confederación Hidrográfica del Ebro en un encuentro mantenido recientemente en Zaragoza.

Así, se establecerá una zona inundable mediante elementos de contención lateral para la laminación de avenidas en el pie del barranco de Oyón o rotonda de avenida de la Sonsierra con la antigua carretera N-111a. Otro elemento fundamental de esta fase será la ejecución de un marco soterrado bajo la antigua carretera. Por último, se adaptará el marco existente del cauce actual para permitir derivar caudales en avenida al nuevo marco soterrado, de manera que permita gestionar avenidas para su evacuación al Ebro bajo la carretera.

La otra vertiente de la actuación será la creación de un nuevo cauce complementario al existente, un canal trapezoidal a cielo abierto con dimensiones medias de 3,5 x 15 metros. Ello permitirá ampliar la capacidad hidráulica del cauce actual, además de la solución añadida de evacuación que aporta el nuevo marco soterrado.

Un nuevo espacio para la regeneración paisajística

La aportación más ambiental del proyecto vendrá por la adecuación que se llevará a cabo en ese cauce abierto, en el cual se ejecutará un sendero ambiental paralelo al cauce que llegará hasta la desembocadura en el Ebro. Esta zona se renaturalizará con plantaciones en las que se tendrá en cuenta el fomento de la biodiversidad con especies adaptadas a las características del nuevo espacio, que será una zona de inundación controlada y de adecuación morfológica de cauces. Esta nueva zona verde conectará tanto con el sector de El Campillo como con el parque del Pozo Cubillas.

Conrado Escobar ha destacado que “una vez más, hacemos de la necesidad, virtud. Además de aportar una solución hidrológica largamente demandada por Logroño y especialmente por el barrio de El Campillo, abordamos la regeneración paisajística del territorio sobre el que se actúa y la creación de zonas estanciales con islas bioclimáticas, espacios con mobiliario urbano rústico, arbolado frondoso y bosquetes con capacidad de sumidero de CO2, reducción del efecto isla de calor y pantalla térmica para la ciudad”.

Proyectos transformadores y gestión de riesgos

El alcalde ha recordado también que el proyecto presentado es uno de los tres incluidos en el Plan Trienal de Obras Hidrológicas y Ambientales, junto con el Corredor ecológico sur y con el barranco de El Horcajo. “Son tres proyectos transformadores que permitirán reducir los efectos adversos de los aguaceros en la ciudad, un mejor aprovechamiento y reutilización del agua y que contribuirán a la creación de corredores naturales conectados en torno a Logroño”, ha señalado.

Además, Escobar ha destacado que “la nueva capacidad hidráulica de la infraestructura que se va a construir en esta zona del barranco de Oyón próxima a Logroño alcanza caudales máximos que son acordes con lo recogido en el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación de 2º Ciclo. Y, si algo nos está demostrando la evolución de los riesgos derivados de fenómenos naturales en los últimos tiempos, es precisamente la relevancia de tener bien calibradas y resueltas la gestión de los mismos”.

El proyecto presentado contempla un período de ejecución de la obra que se estima en 12 meses, 8 para la primera fase de carácter más hidráulico y 4 para la segunda de tipología más ambiental. A esos plazos de ejecución, habrá que sumarles los que precisen labores administrativas previas de consecución de la titularidad de algunas de las parcelas sobre las que hay que actuar y las propias derivadas de la licitación y la contratación del mismo.