El Teatro Bretón ofrece esta semana dos espectáculos de gran calidad dentro de la programación del 46 Festival de Teatro

El Teatro Bretón presenta esta semana una programación de gran calidad artística, con dos producciones que ofrecen al público desde una fusión magistral de danza clásica y moderna, con Mosaïque, hasta dramaturgia, mediante la obra ‘Vulcano’.
El viernes 14 de noviembre, a las 20:00 horas, se podrá disfrutar del espectáculo ‘Mosaïque’, una producción de Malandain Balllet de Biarritz que fusiona danza clásica y moderna. En esta obra a la vez tradicional e innovadora, el coreógrafo Thierry Malandain desafía las convenciones y amplía los límites de la danza. Un caleidoscopio de movimientos, estilos y emociones que lleva al público a un viaje multisensorial inolvidable. Un espectáculo único y sobrecogedor.
El sábado 15 de noviembre, a las 20:00 horas, será el turno de ‘Vulcano’, una producción del Centro Dramático Nacional, Andrea Jiménez y Cassandra Projectes Artístics. Los Intérpretes son Pilar Bergés, Iván López Ortega, Albert Ribalta, Eneko Sagardoy y Macarena Sanz.
¿Qué pasa cuando no está clara la frontera entre víctimas y culpables? ¿Dónde está la frontera entre el interés genuino por el dolor ajeno y el morbo? ¿Qué sucede cuando una confesión íntima se convierte en representación, en reclamo? ¿Cómo se narra un trauma? Vulcano es la historia de una familia que intenta salvarse de un trauma pasado, el incendio que sucedió́ en el edificio en el que vivía y del que aún no se conocen las causas reales. La llegada inesperada de una documentalista y su interés por el relato familiar generará un cambio sustancial en el vínculo entre ellos. La mirada de este personaje externo alterará el orden de lo doméstico, provocando en el resto de personajes una competencia por acaparar el protagonismo. ¿Qué sucede cuando una confesión íntima se convierte en representación, en reclamo? ¿Tienen más valor nuestras experiencias cuando forman parte de un relato, cuando alguien nos mira? ¿Dónde está la frontera entre el interés genuino por el dolor ajeno y el morbo? ¿En qué medida estamos dispuestos a instrumentalizar nuestro sufrimiento para dejar de ser invisibles?