Felices Fiestas: que no se apague lo importante
Felices Fiestas: que no se apague lo importante
Llega la Navidad y nuestras calles se llenan de
luces, villancicos, árboles gigantes y charangas. El
espectáculo es innegable, pero ¿qué hay detrás de
todo esto? Más consumo, más gastos, más distracción.
En esta vorágine capitalista, lo que se premia
no es la calidad de los momentos compartidos, sino
la cantidad gastada, el tamaño del regalo y la marca
que lo acompaña.
Mientras nuestro alcalde apuesta por aumentar el
espectáculo navideño, nos preguntamos: ¿y la realidad?
Esa que está llena de familias que no llegan
a n de mes, de jóvenes sin acceso a una vivienda,
de personas que luchan por una sanidad pública
digna y de un planeta que grita por un respiro.
Las verdaderas raíces de estas fechas se pierden
en el brillo de las luces. Navidad debería ser una
oportunidad para cuidarnos, para reencontrarnos
con quienes queremos y para celebrar lo que nos
une. Que creamos en lo que creamos, estas estas
nos recuerdan la importancia de la convivencia, la
solidaridad y el amor.
Nuestro deseo más sincero para estas navidades es
que aprendamos a querernos de manera más libre
y más humana, que cuidemos el planeta, que alcancemos
la paz en Palestina y que no olvidemos lo
más importante: las personas que elegimos, los lazos
que creamos y la humanidad que compartimos.
Porque ninguna luz navideña puede brillar más
que un mundo donde todos tengamos las mismas
oportunidades para vivir dignamente