La invisibilidad de la pobreza estructural
La invisibilidad de la pobreza estructural
Según las Naciones Unidas más de 1300 millones de personas de todo el mundo sufren la pobreza de distintas formas. En el tercer mundo se presentan los casos más graves: el hambre, la falta de acceso al agua potable o a servicios básicos de salud y educación. Pero en los países desarrollados este mal también aparece bajo las formas de malnutrición, exclusión social y discriminación. Concretamente en nuestro país, la huella dejada por la crisis es profunda, aunque permanece oculta tras los datos positivos de los últimos años. Según los Indicadores Básicos del anterior ejercicio, La Rioja se sitúa como la segunda región española con menor tasa de riesgo de pobreza y exclusión. El empleo generado durante la recuperación económica ha hecho que nos situemos en niveles anteriores a 2007. No obstante, el número de personas que sigue teniendo grandes dificultades para llegar a fin de mes en nuestra comunidad sigue contándose por miles y las políticas que mejoraban sus opciones están basadas en un crecimiento económico que ha tocado techo. Estamos ante el reto de luchar contra una pobreza de carácter estructural que necesita nuevas estrategias para erradicarla y que nos garantice a su vez la pérdida de su invisibilidad