Logroño, la nueva foto para Instagram
Logroño, la nueva foto para Instagram
Logroño, nuestra ciudad de tradiciones y encuentros, está cambiando. En el último año y medio, hemos pasado de ser una ciudad tranquila, donde nunca pasaba nada, a convertirnos en uno de los destinos turísticos favoritos de nuestro país. Hay gente que cree que esto es motivo de celebración, pero la realidad que vivimos en nuestras calles y en nuestras vidas es otra. Mientras muchos celebran este boom turístico, nuestros vecinos y vecinas están desesperados buscando una vivienda. Con casi 800 pisos destinados al alquiler turístico y un precio del alquiler por las nubes, la vivienda se ha convertido en imposible. Aún más cuando somos una de las comunidades autónomas con los salarios más bajos de España. ¿Y quién se beneficia de esto? Un 1%: los propietarios de estos pisos y hosteleros. El resto, el 99%, somos los que pagamos las consecuencias. El comercio local, el de toda la vida, está desapareciendo. Tiendas de barrio están siendo sustituidas por cadenas como Ale-Hop o tiendas de souvenirs. Los bares y restaurantes de siempre también están cerrando, reemplazados por locales de ramen o hamburguesas de multinacionales. Incluso el Carpa, el centro de salud de urgencias, se vuelve inaccesible los fines de semana porque los servicios no dan para más. No podemos perder nuestra ciudad. No podemos permitir que Logroño se organice según los intereses de los turistas, con el único objetivo de sacar una foto para Instagram. Logroño no es un parque de atracciones: es nuestro hogar