Los logroñeses se merecen una Navidad planificada para el turismo y el comercio
Los logroñeses se merecen una Navidad planificada para el turismo y el comercio
Acaba de terminar la Navidad. Unas fechas en las que las ciudades de todo el mundo, se engalanan a conciencia. La iluminación navideña es un reclamo turístico, así como las diversas actividades que, desde las administraciones municipales, se llevan a cabo. Un año más, en Logroño hemos perdido la oportunidad de enseñar al mundo los maravillosos rincones de nuestra ciudad, nuestras plazas, nuestras calles y nuestros comercios. En 2018 se han repetido los errores de otros años: una iluminación sin criterio, sin un motivo común, calles sin luces… esto se evitaría si planificáramos la contratación de las luces no en octubre, sino en marzo y en abril, y si en vez de tres contratos, lo agrupáramos en uno solo. El Belén Monumental, una de nuestras señas de identidad, es el mismo que hace años. No hay nada nuevo. Si fuéramos más creativos, si innováramos, podríamos atraer más público. Lo mismo pasa con la Cabalgata de Reyes. Es cierto que es una empresa privada quien lo organiza, pero el Ayuntamiento de Logroño es patrocinador, y debe implicarse en renovarla. Por no hablar de la llegada de los Reyes Magos a las Gaunas. Había familias que llevaban esperando en las puertas desde las 7 de la mañana, con un frío intenso y que se quedaron sin poder entrar. El descontrol y la falta de organización en el acceso al estadio, se puede solucionar con una buena gestión: expidiendo una entrada con un precio simbólico en el que se incluiría además el viaje en autobús de ida o de vuelta a Las Gaunas. Y, ampliando el número de autobuses ‘lanzaderas’ en diversos puntos de la ciudad que llevaran hasta allí. De esta manera, evitaríamos los atascos y problemas de circulación y fomentaríamos la movilidad y una ciudad más sostenible.