Godot es hoy en día más que una obra de teatro, un clásico del siglo XX. Forma parte de la imaginación colectiva. La fuerza, el humor, la poesía, la ternura, el dolor, la risa que nos transmite esta obra, metáfora de la vulnerabilidad y el coraje del ser humano, siguen vigentes.
Una obra que Beckett definió como “horriblemente cómica”. En escena, dos amigos, una extraña pareja que mientras esperan hablan, discuten, se desafían, se reconcilian, juegan, se aman, se repelen. Llega otra pareja, todavía más extraña, el juego se diversifica. Godot no llega, pero llega su emisario.