Silencio que manda el PP
Silencio que manda el PP
Esta semana hemos visto desfilar en los medios las imágenes del Congreso del Partido Popular. Una foto de familia rodeada de imputaciones, condenas y causas abiertas. Porque no son campeones contra la corrupción. Son los campeones de la corrupción. Tres de sus ministros acabaron en prisión, incluido su vicepresidente. Nueve más fueron investigados por sobresueldos y financiación irregular. Su partido fue condenado por corrupción. Su último ministro del Interior está siendo juzgado por montar una policía paralela que fabricaba causas falsas contra nuestros cargos y destruía pruebas. Y, aun así, tienen la desfachatez de dar lecciones. De hablar de regeneración democrática. De señalar al resto. No es ignorancia, es estrategia. No buscan ocultar la corrupción: la normalizan, la blanquean y la protegen. Con dinero, con medios, con poder judicial. El 90 % de la agenda mediática jamás pondrá una cámara en la puerta de uno de los suyos. Silencio comprado. Y cuando alguien se atreve a señalarlo, se le silencia. Como ocurrió en el último Pleno del Ayuntamiento, donde a nuestra concejala no se le permitió hablar de la corrupción del Partido Popular. Mordaza. Porque en este país sigue mandando quien controla el relato. El bipartidismo ha sido cómplice de este modelo. Debemos seguir defendiendo lo más básico: la democracia. Gobiernos libres, sin trampas ni tutelas. Porque la corrupción no es una anécdota, es su forma de sostener el poder