Un año perdido para Logroño
Un año perdido para Logroño
Ha pasado un año desde que comenzara esta nueva legislatura. 365 días en los que la ciudad ha permanecido paralizada en cuanto a proyectos necesarios se refiere. Los meses de confinamiento y los efectos del COVID 19 nos han mostrado que Logroño ha perdido el pulso, la capacidad de progreso, de cambio y de transformación. En este primer año de Hermoso de Mendoza al frente, el diálogo ha brillado por su ausencia. Diálogo, consenso, comunicación fluida con los grupos políticos del Ayuntamiento, especialmente con los de la oposición.
Pero no solo con Ciudadanos, sino con los ciudadanos. Logroñeses y logroñesas a los que no se les consulta para llevar a cabo reformas que pueden parecer de poco calado pero que afectan a la vida y a los negocios de la ciudad. Véase las obras de Vara de Rey, un retroceso público que ha dejado un agujero abierto en el centro de Logroño. La nueva denominación de la Plaza Murrieta. Lo sentimos, siempre será la Plaza Murrieta, aunque ahora lleve otro nombre.
Los cambios en la circulación y movilidad de calles, por no hablar de la jinkana en la que han convertido a la calle Fundición. No se escucha a los vecinos, a las asociaciones. En cada pleno asistimos a un diálogo de sordos. Cs ha presentado 27 mociones, pocas de ellas han resultado atractivas para este gobierno. A pesar de ello, estos concejales siguen empeñados en dialogar, en hablar, en consensuar. La política es cosa de todos, y entre todos mejoramos Logroño