Foto del Embalse de La Grajera

Se trata de un pequeño embalse para riego construido en 1.883 y ampliado en 1.903, sobre una pequeña laguna endorréica instalada en una depresión salobre que se correspondía con el nivel 1 de las terrazas del Ebro. Los materiales geológicos del fondo del embalse son gravas, arenas y limos semipermeables.

La lámina de agua ocupa una superficie aproximada de 32 hectáreas, su capacidad de embalse es de 1.754.100 m3 y su profundidad media es de 5,5 m. El aporte principal de agua proviene del río Iregua, a través de la acequia del Río Somero o Atayo, que bordea el embalse.

Bioclimáticamente, la zona se localiza en el piso mesomediterráneo seco de la Depresión del Ebro, como ya se ha comentado de forma más general en el capítulo correspondiente.

La antigüedad del embalse ha hecho posible que se desarrolle todo un proceso de naturalización, hasta la consecución de un ecosistema palustre bien estructurado y diversificado. Las primitivas praderas salitrosas que, presumiblemente, se desarrollarían en esta zona, han sido sustituidas por un complejo ambiental que tiene en el agua el principal factor ecológico determinante. Las unidades ecológicas y paisajísticas que pueden ser distinguidas son: el medio acuático, el carrizal, la junquera, el salobral y los sotos, que forman un cinturón de vegetación periférica bien caracterizado.

El entorno del embalse se caracteriza por los cultivos de cereal y vid. Algo más alejados, existen una repoblación bien crecida de pino carrasco y un coscojar con presencia de carrascas.

La fauna está representada principalmente por aves acuáticas, tanto nidificantes como migradoras, a las que hay que añadir una abundante población de peces, anfibios, reptiles y mamíferos.

Desde el punto de vista natural, constituye una de las escasas zonas húmedas de La Rioja. Estas zonas poseen siempre un elevado interés ambiental, especialmente faunístico. Desde el punto de vista recreativo, el embalse y sus alrededores son el principal parque recreativo para la población no solo de Logroño, sino también de muchos municipios cercanos. Actualmente existe una buena infraestructura para acoger de forma ordenada a los numerosos visitantes que acuden habitualmente a este lugar. Desde el punto de vista agrícola, su importancia es también muy grande, ya que sirve como embalse de regulación para el abastecimiento de la amplia zona que queda entre este lugar y el río Ebro.