| 
 
 
 
       De igual forma que los logroñeses de 1521 soportaron el asedio de las tropas francesas, hoy nos corresponde seguir luchando con todas nuestras fuerzas contra este nuevo asedio; esta nueva violencia y el terror que nos quieren imponer”. Son palabras del alcalde, Julio Revuelta, reiteradas en el ánimo de encajar el duro golpe que, en forma de estallido, despertó a Logroño en un día festivo en honor al Patrón, San Bernabé.         
Sin embargo, el domingo 10 de junio, a punto estuvo de convertirse en un trágico episodio de magnitud incalculable.
 
 | 
            |  
                        
                Entre las 5,30 y las 6,00 de la mañana, víspera de San Bernabé, 
                distintas llamadas telefónicas advirtieron al SOS Rioja y a la 
                DYA de San Sebastián del estacionamiento de un vehículo bomba; 
                advertencia que no ofreció los datos correctos de la ubicación, 
                pero sí el detalle de las características del vehículo aparcado 
                a unos trescientos metros del lugar indicado. La rápida actuación 
                de los distintos cuerpos de seguridad y el acordonamiento de la 
                zona impidieron mayores consecuencias. Finalmente, a las 6,30 
                horas explosionó el vehículo estacionado junto al edificio conocido 
                como ‘La Torre de Logroño’.  
                 
                 
                        Este atentado, perpetrado 
                por ETA, ha sido considerado por el Ministerio del Interior como 
                “el más fuerte en daños materiales en los últimos cinco años”, 
                precisamente el mismo tiempo transcurrido desde el último atentado 
                terrorista de la banda en Logroño, el 16 de febrero de 1996, en 
                una cafetería también situada en la Gran Vía. En esa ocasión tampoco 
                se registraron daños personales. 
                         
                        Rápida reacción        
                 
                        No se hizo esperar 
                la reacción de las autoridades locales; tampoco faltaron muestras 
                de apoyo desde distintos puntos de la geografía española, en un 
                día en el que Logroño fue centro de la atención informativa por 
                la ofensiva terrorista.  
                 
                 
                         
                A la conmoción inicial siguió la rápida actuación en busca del 
                restablecimiento, en lo posible, de la normalidad. Delegación 
                de Gobierno, Ejecutivo regional y Ayuntamiento crearon una comisión 
                de coordinación que dio lugar a una oficina de emergencia en las 
                instalaciones municipales con el fin de atender a los damnificados. 
                Dos días después del atentado, la Delegación del Gobierno se hizo 
                cargo de este servicio, dejando en el Ayuntamiento la cifra de 
                123 impresos de reclamación: 87 relativos a viviendas, 24 a establecimientos 
                comerciales y 12 a vehículos. Hasta el mismo momento, el Ayuntamiento 
                facilitó el alojamiento en hoteles de la ciudad a 32 personas, 
                que posteriormente se han realojado en pisos de alquiler hasta 
                que se rehabiliten sus viviendas. 
                 
                        Condena y agradecimientos 
                        Las murallas de El 
                Revellín, simbólico lugar en el que se recuerda el final del asedio 
                a la ciudad y en el que se desarrolla la ofrenda floral al patrón, 
                se convirtió en el unánime sentimiento de condena en el que el 
                alcalde destacó la necesidad de “estar más unidos que nunca para 
                rechazar a los que han querido arrebatarnos las fiestas”. “Logroño 
                es una ciudad abierta para todos los que vengan en paz”, prosiguió 
                Julio Revuelta, “pero permanecerá cerrada al odio y al terrorismo”. 
                        En posterior rueda 
                informativa, el alcalde agradeció públicamente la entereza mostrada 
                por todos los logroñeses en general, entre los que destacó a los 
                afectados por el atentado. También agradeció la labor de las fuerzas 
                de seguridad, bomberos, protección civil, atención sanitaria, 
                aparejadores, arquitectos, funcionarios mu-nicipales... y a todos 
                los que se implicaron en un momento difícil. 
                        El alcalde citó a la 
                Corporación, con pa-labras para los grupos de oposición en el 
                Ayuntamiento, PSOE, IU y PR, “que han mostrado su absoluta disposición 
                ante cualquier necesidad, apoyando las decisiones adoptadas”. 
                        En estos momentos continúan 
                las labores de reconstrucción y, a pesar de los cuantiosos desperfectos, 
                la zona evoluciona hacia la normalidad.  
                 
               
 |