La calidad de vida que ofrece una ciudad viene
marcada, en gran medida, por el planeamiento
urbanístico dibujado. La distribución de elementos
elegida define cada sector y lo condiciona en su
evolución a posteriori. Por eso, por la trascendencia que un diseño de estas características tiene para el conjunto de la ciudadanía, es de gran importancia apostar por un desarrollo de la ciudad equilibrado,
que compense y complemente los diferentes fines de cada espacio.
Logroño puede presumir de la aplicación de esta
política basada en el crecimiento armónico y
equilibrado y un ejemplo de ello es la aplicación y
destino de funciones otorgada a cada una de las
parcelas de los sectores “La Ribera” y “Campus”.
El Palacio de Congresos marca el carácter ambicioso de un proyecto que pretende incrementar la oferta y las posibilidades del conjunto de la ciudad, equiparándola a las regiones más avanzadas en este terreno. Además, el sector acogerá al nuevo Instituto de Secundaria y la plaza de toros y destina dos amplios espacios a la expansión de la universidad y uno a dotaciones deportivas. Todo ello rodeado de una amplísima zona verde.
|