La finalización de la Autovía
Circunvalación Sur de Logroño y el enlace con la calle Piqueras
en la N-232 –más conocida como ‘El Nudo de la Estrella’– ya es
oficialmente una realidad. El pasado martes, el titular de Fomento,
Francisco Álvarez-Cascos, visitó nuestra ciudad para inaugurar
“la mayor inversión en infraestructuras realizada en La Rioja”,
según palabras del propio ministro, compartidas por las del responsable
del Ejecutivo regional, Pedro Sanz. Ambos encabezaron un acto
de inauguración al que también asistieron el alcalde de Logroño,
Julio Revuelta; el presidente del Parlamento regional, José Ignacio
Ceniceros; y el delegado del Gobierno, Tomás López San Miguel.
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Los objetivos de estos trabajos, que han afectado a un tramo de casi 7 kilómetros y que han supuesto una inversión de 66,3 millones de euros, han sido dotar de una vía rápida con características de autovía a la actual Circunvalación Sur de la N-232 y Circunvalación Este de la N-111, transformando todas las intersecciones a nivel con carreteras y vías urbanas en enlaces a distinta altura; acondicionar una conexión directa entre la Circunvalación Sur y el acceso a la N-232 dirección a Zaragoza y permitir el futuro crecimiento de la ciudad hacia el Sur, a través de la depresión del tráfico en determinadas zonas.
La actuación, que ha contado con la cesión de los terrenos por parte del Ayuntamiento, se inicia en el cruce entre la N-232 y Avenida de Madrid, avanzando 5,4 kilómetros en dirección a Zaragoza y adecuando con idéntica sección de autovía 1,4 kilómetros de la Circunvalación Este (N-111) hasta el paso sobre el Ebro. De los 5,4 kilómetros detallados, los primeros 1,7 son deprimidos, permitiendo el paso a nivel de las calles Gustavo Adolfo Bécqer y Pedregales (barrio de Cascajos). A partir de la calle Piqueras se desarrolla un importante nudo en el que se separan la N-232 y la N-111 y que además sirve para crear una nueva entrada a Logroño por el Este. Junto a este enlace, se desarrollan otros dos: el primero en la confluencia de la variante de la N-232 con la Portalada; y el segundo entre la Circulación Este (N-111) y la Avenida de la Paz y antigua N-232.
Uno de los elementos singulares de esta actuación es el nuevo puente atirantado sobre el Iregua, de 304 metros de longitud y 68 de altura. Esta nueva infraestructura, convertida en un nuevo referente de nuestra ciudad, habilitará una salida más rápida de Logroño hacia Zaragoza por la N-232 y dará fluidez al tráfico de entrada y salida en una zona de la capital riojana que soporta una densa circulación. Además del puente y los tres enlaces ya señalados, la obra cuenta con otras 15 estructuras: 9 pasos superiores y 6 inferiores. Una de las principales dificultades ha sido compatibilizar la marcha de los trabajos con el mantenimiento del tráfico, tanto peatonal como rodado, ya que se alcanzaba la cifra de 40.000 vehículos al día.
“Trascendencia social”
Álvarez-Cascos, que destacó el papel del anterior ministro de Fomento –Rafael Arias Salgado– en la consecución de esta obra para La Rioja, señaló que “es una actuación muy importante para los riojanos, tanto por su coste económico como por su dimensión técnica –de lo más moderno de Europa–” y reparó especialmente en “la trascendencia social, la calidad y la seguridad de las comunicaciones”. El presidente, Pedro Sanz, coincidió con las ventajosas condiciones de seguridad expresadas por el ministro al señalar la eliminación de distintos puntos negros en la red viaria anterior, al tiempo que destacó “el embellecimiento y modernización” que supone la configuración de esta nueva entrada para la ciudad.
Otro aspecto destacado por ministro y presidente fue la “buena sintonía” entre las distintas Administraciones implicadas, resaltando “la planificación de la política de infraestructuras para ofrecer el mejor servicio de comunicaciones a todos los ciudadanos”.
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