Como es habitual en Logroño, el final de las fiestas de San Mateo marca el inicio del otoño. Se acabó lo bueno.
Sirvan estas líneas para trasmitiros la fuerza y el tesón necesarios para afrontar el día a día con ambición. Unos vecinos ambiciosos son sinónimo de una ciudad pujante, emprendedora. Y Logroño lo es.
Así pues, es tiempo de trabajar, de estudiar, de hacer posible el día a día en paz, superando con ilusión y ganas los problemas que se presenten. Pero sabiendo que tenemos capacidad y ganas para hacer mejor la vida de los nuestros.
De eso se trata, de pasar lo cotidiano con nota, como con nota pasásteis con vuestra actitud las pasadas fiestas de San Mateo. Empezando por el logro del ‘cohete limpio’, pasando por un comportamiento de diez en las calles, haciendo de verdad posible, sino el mejor San Mateo de la historia, sí por lo menos unas estupendas fiestas.
Dije en la ‘quema de la Cuba’ que era un lujo ser el alcalde de Logroño, y lo repito.
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