Acabamos de sufrir estos días un nuevo zarpazo asesino y estúpido de la banda terrorista ETA.
Vaya por delante nuestra completa solidaridad con las víctimas y sus familias.
Y hablo en plural, porque estoy seguro de que la muerte “a mano airada” de cualquier ciudadano inocente, y más
la de esos servidores públicos que arriesgan su vida por defender la de todos, es algo que todas las personas de bien lamentamos y condenamos. Y porque todas las personas de
bien estamos dispuestas a seguir trabajando para que cese definitivamente la violencia como actividad mafiosa y como chantaje político: los que se empeñan en persistir
en ese callejón sin salida saben que ni van a conmover los cimientos constitucionales en los que se basa nuestra convivencia democrática y en paz, ni ellos y quienes los
jalean van a sacar más rentabilidad que la de terminar pagando sus crímenes en la cárcel.
Es el momento de que todos estemos inequívocamente unidos y respaldando al Gobierno de todos en su tarea de acabar con esta
lacra.
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