El río Ebro a su paso por el término municipal de Logroño se caracteriza por su curso meandriforme, así comparte con la vecina comunidad alavesa el meandro de El Rincón y parte del tramo rectilíneo entre éste y el núcleo urbano; incluye en propio territorio los meandros que discurren por el núcleo urbano y el polígono industrial de Cantabria; y comparte con la comunidad navarra los meandros de El Mediano, La Sabuquera y el Soto de Los Americanos.

Este curso zigzagueante ha favorecido la creación de una amplia llanura de inundación, en la cual antaño se desarrolló una vegetación exuberante, de la que únicamente se conservan algunos retazos concretos, puesto que el resto ha sido talado y sustituido por amplios campos de regadío y cultivos de chopos.

A pesar de que los sotos de Logroño son de tamaño bastante reducido, su función diversificadora del territorio es muy elevada. Son un claro ejemplo de corredor de ribera formado por pequeños sotos interconectados, que actúan como filtro para unas especies, como hábitats para otras y como fuente de efectos ambientales y biológicos en sus alrededores.

El mérito añadido de los sotos como espacios a proteger estriba precisamente en que no hace falta reservar grandes espacios que pudieran generar problemas de incompatibilidad de usos, ya que de lo que se trata es de proteger un sistema reticular de corredores lo más extendido posible a los largo de todo el cauce del río Ebro, y no sólo en términos municipales concretos.

Estos ecosistemas de ribera están muy adaptados a grandes fluctuaciones. La alternancia de fuertes crecidas e inundaciones, con periodos de sequías prolongadas, constituyen episodios de gran importancia en la dinámica de los sotos. Las fluctuaciones del nivel del agua entorpecen la llegada del ecosistema a estados avanzados o "maduros" de la sucesión, con lo que el ecosistema permanece abierto, y queda constituido por un mosaico de microhábitats de alta heterogeneidad de edades sucesionales. La diferente organización de los elementos del mosaico (donde se mezclan etapas de recolonización, con otras de edad más avanzada) es responsable del mantenimiento de una alta diversidad de especies. Sin embargo, esto sólo es posible si existe una ancha banda de terreno inundable capaz de albergar esta sucesión de asociaciones vegetales tan dinámicas.

Desde el punto de vista de la naturalidad, podemos decir que los sotos se encuentran muy transformados por la acción humana, sí bien su capacidad de regeneración es alta.

Al encontrarse estos sotos muy alterados la riqueza en especies de vertebrados no es muy alta. Siempre es mayor en los sotos que en los espacios adyacentes, pero no es tan alta como cabría esperar de un soto natural bien conservado.

 

Soto de El Rincón

Este soto debe su existencia la presencia de una presa en la misma curva del río, que ha creado una isla central, bordeada por dos canales por los que habitualmente discurre agua. Esta isla está cubierta por alameda mixta, con presencia localizada de salgueral. En la orilla propiamente dicha del Ebro existe una estrecha franja de alameda pura.

El valor de esta pequeña isla es moderado dentro del alto valor ecológico que poseen los sotos de por sí, ya que se encuentra situada en un tramo del río en el que la vegetación de las orillas ocupa una franja algo más amplia debido a que coloniza los taludes que llegan hasta la misma orilla. No parece necesario clasificarlo como espacio protegido, pero si merece una consideración con vistas a protegerlo.

La existencia de puntos de vista altos, principalmente desde el núcleo de El Cortijo, proporciona amplios panoramas de gran riqueza visual que engloban el meandro del río, el monte de El Rincón y los campos circundantes, en los que domina el viñedo.

 

Soto de El Mediano

En este meandro, la franja arbolada aumenta su anchura, dando un aspecto más cerrado a la orilla del río. La vegetación que lo forma es en parte alameda pura y en parte alameda mixta. Además, existe una pequeña isla también cubierta por los dos tipos de alameda.

El valor de este soto es elevado, debido que enlaza casi inmediatamente con el siguiente soto, el de La Sabuquera. Es imprescindible para su protección el realizar un seguimiento de la actividad de la gravera.

 

Soto de La Sabuquera

Es un soto formado principalmente por una isla separada de la orilla derecha por un estrecho y relativamente profundo canal. Se halla cubierto por alameda mixta, en toda la extensión de la isla, como en la estrecha franja arbolada de la orilla del río, en la cual también existe un tramo de chopera cultivada. Su importancia es grande, ya que, a pesar de su pequeño tamaño, ofrece refugio a cantidad de animales ribereños debido a su relativo aislamiento de la orilla.

 

Soto de Los Americanos

Está formado por dos tipos de vegetación: vegetación riparia natural y plantaciones de chopos de producción. La vegetación natural se localiza en dos núcleos separados: uno que forma una mancha algo alejada de la orilla, con árboles grandes de diversas especies (álamos, olmos y chopos, sobre todo), con abundante vegetación arbustiva; y otro que forma una masa dominada totalmente por chopos de considerable altura, con algunos fresnos y olmos, y sotobosque formado principalmente por ortigas y saúcos.

Además de las choperas de producción, parte de este soto se dedica al cultivo de cereal. Todo él forma parte de una propiedad privada, a la cual está prohibido el paso.El interior de la zona plantada con chopos es pastoreado de forma intensa por ganado ovino, que mantiene de esta forma limpio de matorral la principal chopera.