Tribuna de opinión
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Foto finish de siete meses de gobierno
Conrado Escobar cumple esta semana su séptimo mes en la Alcaldía de Logroño. Si algo podemos destacar de su mandato es que se ha convertido en un experto en deshacer lo ya ejecutado, desactivar propuestas de la oposición y los vecinos, dilatar la acción del gobierno con asistencias técnicas y concursos y hablar de todo lo que pasa fuera de la capital riojana para que no afloren las promesas incumplidas.El Pleno de enero ha sido el ejemplo perfecto, con un orden del día desprovisto del impulso que debe hacer el ejecutivo. Nada de modificaciones presupuestarias para arreglar los reventones de tuberías o la aprobación de una ordenanza anunciada para regular pisos turísticos. El PP, sin embargo, decidió poner rumbo a Pamplona para debatir sobre lo que pasaba a 80 kilómetros de Logroño, y hacer un teatro de los retrasos que la Ronda Sur acumulaba cuando los responsables han sido los gobiernos del PSOE y del PP. En el Partido Riojano quisimos conseguir un compromiso para que se activasen las siguientes fases del soterramiento. Por desgracia, Escobar mostró su falta de ambición en este sentido. Eso sí, publicitó una foto para ratificar que la trinchera no se cubrirá.Tampoco ha iniciado ‘Pactos con Ñ’, que se ha quedado en otra foto, ni la redacción de la ordenanza para abolir la prostitución, ni hay solución para para abolir la prostitución, ni hay solución para Bosonit. Siete meses después sigue anunciando anuncios.
Más Logroño, menos política nacional
La división extrema, la polarización política, se está filtrando en nuestras vidas, en nuestros hogares.La política se ha convertido en un ring de boxeo de eslóganes fáciles, y Logroño no es la excepción. Mientras el Partido Popular solo presenta mociones de carácter nacional. Tras sus cortinas de humo y eslóganes fáciles, los problemas se acumulan sin solución.Mientras la atención se centra en debates nacionales,en nuestro hospital, la falta de camas, de sillas de ruedas, de médicos y ambulancias son una realidad. Pero la culpa de todo es del nuevo Gobierno de Pamplona.Los logroñeses y logroñesas no tienen dónde vivir.No hay pisos de alquiler a precios razonables, y los pocos disponibles son impagables. Mientras tanto,casi 800 viviendas están destinadas al alquiler turístico. ¿Y qué hace el Partido Popular? Votar en contra de parar el boom de estos pisos por dos años, expulsando a la gente de nuestra ciudad,pero la culpa, en este caso es de Puigdemont.Los vecinos del Casco Antiguo sufren noches en vela debido al ruido del ocio nocturno y las terrazas.¿Y qué hace el Gobierno de La Rioja? Ampliar los horarios del ocio nocturno. Pero según el Partido Popular, la culpa de esta situación es de la Amnistía.Logroño nos mira a nosotras/os, no a los partidos.Demostremos que estamos aquí para servir a nuestra ciudad, no para servirnos de ella.
El soterramiento no se puede parar
La historia de Logroño recordará el primer cuarto del siglo XXI con un hito urbanístico: el soterramiento del ferrocarril. El cambio de milenio permitió a la ciudad dar un salto cualitativo hacia la modernidad con el proyecto de integración del tren comandado por las tres administraciones. El objetivo era claro: cerrar la herida ferroviaria que no paraba de supurar con la expansión residencial hacia el sur.Ahora, tras más de dos décadas, la transformación es un hecho. Una gran estación intermodal, el parque Felipe VI o nuevas conexiones viarias y peatonales han cerrado la brecha entre el barrio de Cascajos y el centro de Logroño. Sin embargo, queda rematar la urbanización de la fase I y completar la venta de los terrenos donde estaban previstas 1.200 viviendas.Pero en el Partido Riojano no olvidamos que, aunque se liquiden estos asuntos pendientes, la herida del ferrocarril sigue supurando en otras zonas de la ciudad. Es por ello que urgimos a zonas de la ciudad. Es por ello que urgimos a desbloquear la fase III del soterramiento, entre Vara de Rey y Duques de Nájera, a completar el cubrimiento del trazado en Los Lirios y a procubrimiento del trazado en Los Lirios y a procubrimiento del trazado en Los Lirios y a prolongar el cajón ferroviario entre Baltasar Gracián y Tirso de Molina si no queremos condenar al resto de los ciudadanos a convivir con una trinchera que no es segura ni favorece la conectividad de una ciudad propia del siglo XXI. Proyectos que deben quedar liberados este 2024.
La privatización del Casco Histórico
Nuestro Casco Histórico, antaño un lugar lleno de historias y vidas entrelazadas, se enfrenta hoy a la transformación de sus rincones llenos de alma en meras vitrinas del consumo y el ocio. Esto va más allá de la simple renovación urbana; es una privatización que estrangula el espíritu comunitario y la esencia de vivir. Las terrazas invaden las calles, las franquicias reemplazan a los negocios familiares, el crecimiento de los pisos turísticos y el estruendo del ocio nocturno está forzando a los vecinos/as a abandonar sus hogares. En este nuevo escenario, el valor de la convivencia y el intercambio humano se ve eclipsado por la tiranía de un progreso que prioriza el beneficio económico sobre el bienestar de sus ciudadanos/as.La riqueza de Logroño, su verdadero valor, reside en su gente, en las relaciones que tejemos día a día, en las historias que se escriben en cada rincón. Sin embargo, este tejido social se ve amenazado por políticas que relegan a los ciudadanos a un segundo plano, favoreciendo intereses económicos a corto plazo.Necesitamos una revisión profunda de nuestras prioridades urbanas y un compromiso con el bienestar colectivo. El Casco Histórico debe ser preservado no solo como un lugar de interés tu rístico, sino como el corazón vibrante de Logroño, un lugar para vivir, soñar y crear. Es nuestro deber devolver la ciudad a sus verdaderos propietarios: SUS HABITANTES.