Dibujo entrada Sala John Stuart Mill

“El principio que regula las relaciones sociales vigentes entre los dos sexos (la subordinación legal de un sexo al otro) debería ser sustituido por un principio de igualdad perfecta que no reconozca poder ni privilegios para una de las partes ni desventajas para la otra”. El pensador británico John Stuart Mill escribió en 1861 La esclavitud femenina, una obra en la que plantea el absurdo de la situación de subordinación de las mujeres, a la que considera como “uno de los principales obstáculos para la mejora de la humanidad”. El pensamiento de Mill equipara las leyes matrimoniales con la esclavitud, afirmando que “ya no quedan más esclavos legales que la señora de cada casa”. Así, abogó por la emancipación femenina y la equiparación de derechos, y no sólo en la teoría, sino también en la práctica. En contra de la corriente mayoritaria de su época, defendió el derecho al voto de las mujeres en su actividad política como miembro del parlamento. En sus Memorias, Mill cuenta cómo La esclavitud femenina incorpora algunas aportaciones de su hija, Helen Taylor, pero, sobre todo, es el resultado del trabajo colaborativo con su compañera y esposa, la filósofa y feminista Harriet Taylor. La relación entre John y Harriet era inusual y rompedora. Cuando se casaron redactaron un texto en el que Stuart Mill renunciaba a las implicaciones del contrato matrimonial, que otorgaba al marido poder prácticamente total sobre su mujer. Formaron una pareja igualitaria y en los textos de ambos puede encontrarse su recíproca influencia.

Galería de imágenes